◊ Capítulo 2

88 16 2
                                    



Aquella misma noche, de madrugada, Kris atravesó el castillo con exquisito cuidado. Normalmente no tenía problema para pasar a los aposentos reales, pues, siendo todos conocidos, los guardianes dejaban que Kris se paseara tanto como quisiera por el último piso. Sin embargo, desde el incidente de aquella tarde, la seguridad se había triplicado en palacio y Kris necesitó súplicas, insistencia y todo su nulo ingenio verbal para poder llegar hasta la habitación de Chanyeol.


Cuando entró, después de tocar varias veces la puerta, encontró a Chanyeol dormido en la cama en una inusual postura muy típica de él. Kris se acercó con cuidado de no despertarle, asegurándose de que estaba bien y le tapó con las sábanas que tenía enredadas en los pies. Jamás había visto a Chanyeol tan asustado como en el momento después de que lo encontraran en la hoguera; su expresión de inocencia e incomprensión había mutado en preocupación y pánico al ver la tensión y el miedo que había provocado su pequeña incursión al fuego. Que Kris supiera, nadie le había regañado excesivamente ni había recibido ningún golpe por su temeraria acción; todo lo que Kris había visto habían sido abrazos y besos de alivio y suspiros de alegría...


Cuando estuvo a punto de retirarse para dejar dormir a Chanyeol, sintió cómo unos pequeños brazos rodearon su cuerpo y un cuello se hundía en su hombro. Kris iba a regañarle por la brusquedad de su acción cuando escuchó sus sollozos en el oído y sus lágrimas por el cuello.


Aquella fue la primera vez que Kris vio llorar a Chanyeol.


—No entiendo nada —murmuraba entre sollozos.


Kris se limitaba a abrazarle con fuerza, porque él tampoco entendía qué era lo que había pasado. Cuando los abrazos, besos y suspiros habían cesado, el ambiente en la plaza principal se había tornado tan serio que a Kris le habían dado hasta escalofríos. El pánico que había generado el posterior alivio se había vuelto a convertir en otra especie de pánico y de pronto el Rey se había puesto a dar órdenes sin ton ni son, exigiendo la vuelta inmediata al castillo.


Si él había tenido miedo, si él había sufrido la incertidumbre de no saber qué estaba ocurriendo ni por qué habían reaccionado así, podía hacerse una idea de cómo había vivido Chanyeol el momento siendo protagonista.


—¿Estás bien? —le preguntó Kris cuando los sollozos habían cesado.


—No me acuerdo de nada —susurró Chanyeol sin querer apartarse de sus brazos—. Sólo recuerdo sentir... como si el fuego me llamara —confesó casi con miedo—. Como si quisiera que jugara con él... y luego... luego recuerdo a papá abrazándome con fuerza, llorando... y toda esa gente mirándome y...


A Kris le dio un pequeño escalofrío que trató de disimular.


—¿Le has contado esto a alguien? ¿Eh, Chanyeol? —apremió al recibir el silencio como respuesta.


Chanyeol se separó levemente de él y negó con la cabeza, quitándose las lágrimas de los ojos.


La Leyenda de Aghazor (KrisYeol)Where stories live. Discover now