Concepción

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Hijo mío: ¿Escuchas el latido de tu corazón?

Ese "pum, pum" que sobresalta tu frágil pecho, lo he forjado  con delicado cincel; pero sellado con el fuego de mi eterno amor.

Será inquebrantable, no será jamás vulnerado, mientras no olvides que eres mi hijo amado.

Con amor: Papá.

  Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él.  

Efesios 1:4

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