Capitulo 1: La noche que todo cambió

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-¡Tu! Eres un maldito idiota-

Exclamó la señora Nintai.

-Tenías que haber derramado todos los ingredientes de la sopa de mañana-

Lo peor de todo fue que él no supo que responder, y como una vez había escuchado que ante  tus propios errores es mejor enfrentarlos que salir corriendo, permaneció callado frente al aviso de sopa que hacía un momento el mismo había guardado.

-Ahora no tenemos ni siquiera la mitad de todo lo que habíamos preparado para mañana- Y terminó de aplastarlo con sus palabras al decirle:

-Eres un niño inútil, tendrás que pagar por tu pequeño accidente, antes de que la noche termine-. Eran las diez y Tach se preguntaba si saldría vivo de aquel local. Con un semblante pálido y debilucho, estuvo picando verduras por más de media hora. Pensaba que si tenía suerte podría continuar trabajando en aquel pequeño restaurante al sur de Osaka, Japón, ya que con mucho esfuerzo había podido conseguirlo.

Luego de una hora y después de haber limpiado todo el local porfin había terminado. Tenía las manos cansadas y una canción de los New Boys sonaba en la radio a esa hora. Entonces salió de la cocina y cerró la puerta. Su mente era un enredo, llena de pensamientos de desgano y frustración. Seguía preguntándose si acaso, como él pensaba, podría seguir en ese trabajo después de tan catastrófico desastre. Tal vez para ti resulte sin mayor importancia, pero en ese momento estaba en juego el sustento suyo y el de su abuelo. Tenía entre los hombros una mochila azul y usaba unas Vans. También tenía una chaqueta roja y unos Jeans. En su mochila solo llevaba una almendra, los libros de la escuela y también tenía una sombrilla. Después de cerrar la tienda de comidas se chocó con una torrencial lluvia que azotaba fuertemente sobre la ciudad aquella noche de noviembre. Cómo aquel barrio era famoso por lo inseguro, mantenía siempre en el bolsillo derecho de sus jeans una navaja que tenía la cubierta color caramelo que le había regalado su padre. Su bicicleta de carreras de color rojo oscuro permanecía a la sombra de un árbol, que estaba junto al almacén y ensordecedoras, eran las gotas de lluvia que caían por todos lados, llenando la carretera de agua y que hacía más difícil manejar por ella. Sin importarle la lluvia tomo su bicicleta y se montó en su afán por salir de aquel lugar y llegar cuanto antes a casa. Apenas empezó a moverse por entre las cortinas de lluvia el frío no se hizo esperar y aunque tenía una sombrilla, era mejor ni usarla por la fuerza que cargaba la lluvia esa noche. Así que pedaleaba sin cesar por toda la avenida que quedaba frente a la costa.


El primer trueno lo estremeció pues sonó casi al mismo tiempo que había alumbrado la Centella en el cielo (todos sabemos que hay truenos que suenan como un día después que alumbra el rayo). Las luces alineadas perfectamente al lado de la carretera revelaban pequeños triángulos alreves de gotas de lluvia. No llevaba impermeable así que se hacía mucho más difícil su avanzada por entre los carros que estaban andando sobre la vía. Entonces ya casi con las fuerzas pérdidas y tiritando del frío tuvo un impulso más de resistencia para poder llegar hasta el barrio donde vivía. Después de pasar cuatro calles y ocho semáforos se detuvo por fin frente a la esquina de la alta colina que conducía hacia su casa Minka (民家) que era una casa que utilizaban los comerciantes y los campesinos de antaño. Cómo la lluvia se había convertido ya en un sereno ligero, dejó su bicicleta donde siempre la dejaba junto a la reja de la casa de una vecina. Subió el camino que estaba hecho de losas de piedra y que separaba las casas de izquierda y derecha alrededor de aquella pequeña montaña. Una cosa era segura: Estaba exhausto. Alrededor  habían dos colinas como la suya una a cada lado, llenas de casas también.

Entonces por fin se encontró frente a la puerta de su casa. Todo estaba oscuro y la niebla había tomado sitio en su casa, cómo el humo que llena la chimenea.
Así mismo abrió y entró por entre el shōji, que es ese tipo de puertas que se deslizan en Japón, colgó la mochila y se deshizo de su mojada chaqueta, zapatos y jeans. Después se cambió sin hacer mas ruido del que pudiera despertar a su Abuelo o a su hermanita de 6 años Tru. Esa noche la deserción lo invadió, quería descansar, pero para siempre de todo el tormento en el que vivía, y tuvo como en otras ocasiones la idea del suicidio. Su cabeza era un enredo, un enredo que él solo nunca pudo desenredar, ese día como uno de muchos sintió decaer, siempre que venia la idea del suicidio, pensaba en sus sueños y hacia lo posible por creer que con un poco de suerte (y mas que suerte) se las arreglaría para salir adelanten, pero esa noche no encontró sus propios sueños, y ya se había cansado de enfrentar y esta vez si quería salir corriendo. Escalofriantemente y tras pensarlo muy bien se despidió de su hermanita que descansaba inocentemente en su pequeño cuarto con un beso en la mejilla, también entre abrió la habitación de su abuelo para verlo por última vez. Todo iba mal, que más podía empeorar, asi que sin pensarlo y pensándolo muy bien, sacó de una gaveta que estaba en una habitación vacía donde su abuelo guardaba las medicinas, la división máxima de unas pastillas que él tomaba. Así pensaba en que acabaría todo. -Esto tiene que ser suficiente- dijo para si, mirando el puñado de pastillas. Y dicen que cuando alguien va a quitarse la vida escucha voces diciéndole que lo haga, -Pues Tach no fue la excepción.

Lo que no sabía (y me encanta esta parte) es que su vida estaba a punto de cambiar y no solo de cambiar sino de tomar sentido.

Hay un viejo adagio que dice: "Mientras más dure la tormenta, más estimada será la calma" y otro que dice: "Todo lo que hagamos de noche aparecerá de día". El ya no sabia porque luchar, pero sus sueños si...

Sus manos estaban frías y temblorosas, su garganta reseca y sus ojos sollozos. Estaba en aquella habitación vacía con una vieja lámpara en el suelo y un vaso de agua en la mano izquierda. Y cuando estaba a punto de tomarlas con su mano derecha, una luz de color aguamarina empezó a verse salir con aspecto de nebulosa desde abajo del Tatami y su rostro había cambiado de la expresión "bah" a "ah?" En un segundo.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2023 ⏰

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El Misterio De Los Dos ReinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora