La raya corta es un símbolo que la mayor parte del tiempo es despreciado. Nadie, pero nadie, quiere leer una historia que en vez del guión largo (—) use la raya corta (-) en los diálogos. A pesar de este pequeño repudio que sentimos hacia la pobre raya, lo cierto es que ella también es bastante útil en casos dados.
Ahora que ya sabemos manejar al guión largo, aprendamos a utilizar el corto.
¿Cuándo debo utilizar el guión corto?
Caso 1. Entre palabras compuestas.
Ej. «El espacio-tiempo es un espacio de cuatro dimensiones necesario para situar un acontecimiento, según la formulación de la teoría de la relatividad.»
Caso 2. Como unión entre apellidos compuestos.
Ej. García-Mancilla.
Caso 3. Como unión entre dos nombres de pila, cuando el segundo puede confundirse con un apellido.
Ej. Luis-Erasmo Peralta.
Caso 3. Para construir relaciones entre conceptos.
Ej. En la actualidad del mercado dominicano los mejores teléfonos móviles en relación calidad-precio suelen ser los que utilizan el sistema operativo Android.
Caso 4. Para relacionar gentilicios que conservan su referencia independiente.
Ej. La empresa italo-francesa consiguió el contrato.
Caso 5. Para representar la división silábica.
Ej. Es-cri-bir.
Caso 6. Para señalar el principio y el fin de un período de tiempo.
Ej. Juan Emilio Bosch Gaviño (30 de junio de 1909 – 1 de noviembre de 2001) fue un cuentista, ensayista, novelista, narrador, historiador, educador y político dominicano.
Caso 7. Para señalar el día, mes y año cuando escribimos fechas.
Ej. 15-5-2018.
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