Este sitio me traía tan buenos recuerdos, que no pude evitar sonreír nada más llegar. No es que fuera el asiático más glamuroso de la ciudad, y su comida, digamos que tampoco era para tirar cohetes, pero de alguna manera era un sitio importante para nosotros. Años atrás, cuando nuestra economía dejaba mucho que desear pero queríamos darnos un capricho, veníamos aquí y que él se siguiera acordando de eso me enternecía.
-Suponía que te haría gracia volver a este sitio, aunque ahora que tienes trabajo puedas permitirte ir a otros restaurantes.
-Este sitio me trae buenos recuerdos-sonreímos- así que vamos a ponernos las botas-Dije enérgicamente, cosa que le hizo reír. Tras pedir, un camarero nos trajo la comida, que por cierto, estaba deliciosa, habían mejorado mucho desde la última vez que vine hacía unos tres años. La verdad, es que la cena iba sobre ruedas, la comida estaba buena, y me estaba riendo como hacía tiempo que no lo hacía. Él tenía ese don que tanto me encantaba, el de hacerme reír con cualquier tontería.
-Y bueno, ¿que tal tú novio?- Me atragante con el arroz que tenía ese momento en la boca nada más escuchar la pregunta. Después de tragar empecé a reírme como una loca, consiguiendo que todo el mundo me mirara.
-¿Novio? Yo hace mucho que no tengo de eso.
-¿Cuanto exactamente?
-Pues...tres años, más o menos.-Se quedó pensado durante unos segundos.
-Tres años, osea que desde aquello no has vuelto a estar con nadie.- Sabía muy bien a que se refería con "desde aquello" pero no tenía ninguna gana de hablar sobre ello.
-¿Y tú? ¿Estás con alguien?- Negó con la cabeza rápidamente- Y entonces...¿para quien son los pendientes?
-Son para mi madre, ya sabes cuánto le gustan estas cosas.-No pude evitar sonreír.
-¿Cómo está? Hace mil años que no la veo.
-Bien, muy bien, con tanta energía como siempre. Tiene una boda dentro de unos meses, y lleva pidiéndome estos pendientes desde septiembre.-Ambos reímos- Ya la conoces, ella es así.
-La echo de menos, me hacía reír tanto.
-Pues la próxima vez que quedemos vamos a casa y os veis.-
-¿La próxima vez que quedemos? ¿Vamos a volver a quedar?- Dije desafiante.
-Vamos a quedar una, y mil veces más- Me contesto de la misma manera- Hacía mucho que no nos veíamos, y te he echado de menos Julia.Ya habían pasado varios días desde nuestro fortuito encuentro en la joyería, días en los que habíamos estado hablando muchísimo tanto por whatshap como por skype, cosa que me ponía muy feliz, porque él me hacía bien, y a la vez me preocupaba, porque no quería que se repitiera lo de la otra vez, pero estaba tan bien hablando con él de nuevo, que merecía la pena arriesgarse.
Me enfundé en unos mom jeans negros, me puse un jersey gris cuello pico que dejaba entrever mi sujetador lencero, en los pies mis cómodas Converse, una cazadora negra para no morir del frío y una gran bufanda gris que rodeaba mi cuello, y tras coger el bolso salí de casa directa a la cafetería donde había quedado con Diego.
-Siento llegar tarde, había mucho trabajo en el hospital.- Le di un beso en la mejilla y me senté.
-No te preocupes, acabo de llegar- Sabía que era mentira, llegaba casi veinte minutos tarde, y él había llegado a la hora acordada, pero me agradaba que no quisiera hacerme sentir mal por hacerle esperar.
Pedimos lo que queríamos tomar, y mientras la cámara venia con nuestras cosas Diego se encargó de hacerme reír leyéndome chistes muy cutres que encontraba en Instagram, como solía hacer unos años atrás. Como era de esperar, me lo estaba pasando muy bien, estar con él podía resultar tan divertido como la mejor comedia del cine. Cuando la camarera trajo nuestra merienda, no pude evitar fijarme en lo que Diego había pedido, un zumo de piña y uva,el mismo que bebía hace unos años, y que me ofrecía cada vez que iba a su casa a ver un peli, y una galleta enorme con pepitas de chocolate, la misma que él comía el día que nos conocimos.
*10 años atrás*
-Te has quedado sola eh-Rió, a lo que yo hice mala cara
-En realidad no, solo espero a que mi amiga termine de hablar con tus amigos- Me miro de arriba a bajo
-¡Que casualidad! ¡Yo también- Su tono irónico me hizo reír- Soy Diego, ¿quieres galleta?- Me mostró una enorme galleta con chocolate
- Que va, seguro que está envenenada, se te ve en la cara que eres mala persona-me miró ofendido- Soy Julia.-No has cambiado nada, sigues siendo un niño- Reí.
-Oye, el zumo y la galleta están buenísimos, no vayas de madura, que a tus 25 años has pedido un donut rosa solo porque te parece bonito- Ahora reímos juntos- Además sí que he cambiado, ahora soy todo un hombre.
-Si que has cambiado si, ahora eres más feo.- Me miró ofendido, aunque no tardó mucho en sonreír.
-No puedo decir lo mismo de ti, estás incluso más guapa que hace unos años.
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Plutón
RomanceTal vez volver a quedar con un ex no es buena idea. Tal vez compartir cama con un ex no es buena idea. Tal vez enamorarse de un ex con el que compartes cama no es buena idea. Tal vez es mejor no pensar demasiado las cosas, dejar que todo fluya sin...