Gasoline (Segundo Libro "Colors")

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Pasaban las semanas, y las clases al fin habían empezado para el joven japonés.

Muy mal, porque su suerte era de lo peor, en esos días sus dos amigas se habían declarado pareja, y cuando las veía juntas recordaba a Miguel Rivera y todos los momentos que habían pasado.

Esa llamada, aquella llamada la cual los unió, jamás olvidaría aquellas palabras de un chico con sueños rotos, como lo era él en un tiempo.

- Beethoven era sordo y compuso grandes obras de la música. Sólo debes aprender a ver con los ojos-

- Pero el podía ver -

- Y tu puedes escuchar -.

Aquella conversación había sido la que había empezado la bella historia de amor, bueno, el japonés todavía no sabía que era un historia de amor, porque así como a Miguel le había entregado los colores de su vida, el se los quito y el ver a sus amigas tan juntas, dándose cariños, abrazandose y robandose uno que otro beso, le recordaba lo que nunca tuvo con el mexicano.

"No puedo volver a sentir nada" se repetía una y otra vez. "Quiero ser una máquina". Y con lo fácil que era conseguir alcohol estando en la Universidad.

Ahogaste tus lamentos en alcohol como yo.