Gasoline (Segundo Libro "Colors")

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   Un mes ya había pasado desde que el joven destrozado había pasado por todo aquel drama, era el mes de septiembre aún seguía la época del otoño en Japón, donde los árboles se encontraban encuerados, sin ninguna hoja que los adornara, más pronto se podría ver nieve que los iba a poder decorar, pero para eso faltaba tiempo.

   El joven apenas iba a casa, apenas hablaba con sus amigos y daba la excusa de que si maestro de robótica, el señor Alberth Pompish le estaba dejando mucho trabajo, en parte era cierto, pero para Hiro esa tarea era demasiado fácil.

   El mexicano había sido perfectamente bueno para ignorarlo durante un mes, Hiro le llamaba y nada, enviaba cartas y nada.

   Hasta que comenzó a sonar en aquella habitación la canción predeterminada para llamadas de su teléfono. - Es alguien llamado Miguel - hablo Baymax acercándose al teléfono. - Tu aparato insiste en ser tomado -.

   El japonés se quedó estático, un mes y el mexicanojamás le hablo, un mes y nunca le respondió o dio una señal de vida. Un mes y un chico de intercambio de Estados Unidos a Japón se había fijado en él.

   "¿Qué tengo por los latinoamericanos que me llaman la atención?... Tal vez es el hecho de que no lucen todos iguales" pensaba el chico al poner en modo silencio su celular.

    Aquel joven de intercambio era de origen mexicano, sabía hablar el idioma español, y sabía el inglés, pero no fue un intercambio para la universiad si no para la preparatoria que estaba al lado de la uni.

   Al joven le agradaba ir a chismosear por los pasillos de la uni y un día sólo tropezaron, y así fue su encuentro con Marco Díaz.