Después unos largos años entrenando en el frío y gélido lugar de Jamir, al fin regreso a Japón, la tarde se veía muy hermosa, me inspiran esos colores que muestran el final del Sol y inicio de la Luna, llamada Aurora... Tuve un viaje agutado y me faltaba kilómetros para llegar a la casa de la señorita Kido, miro la caja de mi armadura Sextante, y sonrió con orgullo, al fin podré demostrarle a esa chica mimada que si pude cumplir mi promesa.
Al rededor del tiempo que pase en Tibet entrenando, escuché mitos y rumores de que las armaduras del Fénix y Sextante nunca se portaron desde la última Guerra Santa, hace 245 años. Reconozco mi sacrificio y esfuerzo, nunca dudaré en usarla para el bien. Miles de pensamientos rodaron por mi mente, ¿mis amigos pudieron regresar a salvó de su entrenamiento tan abrupto y peligroso con sus armaduras?, Camine por un hermoso paruq lleno de árboles de cerezo, ví unos asientos y decidir descansar después de una larga caminata desde el puerto hasta el centro de Tokio, Dios, no me percate cundo me quedé dormida, una voz de una chica me despierta, abro mis ojos con notable molestia, pero cuando veo de manera muy detallada a esa muchacha sin lugar a duda, es mi mejor amiga Nully.
— ¡Jordy! ¡Eres tú!— Se me avienta a abrazarme con mucha alegría y llora un poco pero log o calmarla.
— ¡Nully! Estoy feliz de verte, de nuevo.— Me separó de ella y le sonrió con amabilidad.
— Pensé que nunca nos volveríamos a ver...— Dijo sonriente pero la tristeza se le veía en sus ojos color ámbar.
— ¿Como llegaste?— le pregunté levantándome del asiento, por lo visto ya era de noche, pero la gente aún caminaba por las calles, tal vez eran las 7:30.
— Oh, pues cuando llegue a Japón decidí recorrerla un poco antes de ir la mansión, y te encontré aquí, dormida, no me gusta que hagas eso te pueden asaltar.— Hablo con preocupación pero yo solo sonreí a medias.
— Hehe lo siento Nully, el viaje me tiene algo cansada y no pude evitarlo.— Hablé algo apenada.
— Heh, Tranquila, por lo visto no regresaste de Asia Oriental con las manos vacías ¿eh?.— Dijo mirando con asombro la caja de plata.
— Si, Constelación Sextante. Veo que tú también regresaste con un premio del Mediterráneo.—Exclamo alegré.
— Hehe fue duro, mi Constelación es la del Delfín.— Dió una mirada sarcástica.— Que ironías de la vida, no me agradan los delfines.— comento con un tono de burla con su típica pose de diva.
— Vaya vaya ¿Enserio? Tienes una armadura del delfín y odias los delfines. La verdad es difícil entender te Nully.— Un chico de aproximadamente casi nuestra edad se mete a nuestra conversación, es rubio y de tez un poco bronceada.
— Oh déjame adivinar, ¿Hyoga?— Le hablé con diversión y el se cruza de brazos colocandose al lado de Nully.
— El mismo.— Respondió cortante, pero al mirar a Mully suavizó su fría mirada.
— ¿Sabes dónde esta Shun?— Le pregunté, porque faltaban más de ellos.
— Detrás de ti.— Señaló Hyoga y me volteo viendo a unos metros de mi a Shun caminando hacia acá, al verlo se emocionó y corrió hasta nosotros.
—¡Oh! ¡Regresaron chicos!.— Exclamó muy alegre, irradiando inocencia en su forma de ser.
— Hola Shun, ¿Cómo te fue?— Le sonreí levemente, acompañado de un apretón de manos.
— Hola Jordi, fue fuerte, pero ya estoy aquí, y debemos ir a la Mansión, es tarde.— Hablo con suavidad y nosotros aceptamos, caminando hacia la mansión.
Las calles y edificaciones se veían hermosas de noche, no pude evitar sonreír ante tanta belleza, Hyoga y Nully se la pasaban muchos juntos mientras, Shun y yo hablamos cosas triviales, hay fue hasta llegar a la entrada de la reconocida Mansión de los Kidos, respire hondo, y toque la puerta, abriéndose y dejando ver la sala.
Esto es todo, ¡Gisel de Sextante se va!
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Sextante legendaria
RandomSer un guerrero, es un deber fuerte, que requiere valentía, gentileza y lealtad, es un deber que no se consigue de la noche a la mañana, se obtiene mediante entrenamiento tanto físicos como en la manera emocional, para poder llamarnos Caballeros y s...