scream ☮

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A Toast For The Rejects es la banda de mi novia, Stella. Hoy están dando uno de sus shows más grandes en un teatro de Sydney. Yo me encuentro tras bambalinas viendo como se roban el escenario. El estilo de música que hacen es rock alternativo, pero ella sabe hacer screamos, lo que siempre agrega en la mayoría de sus canciones. Luego de cantar una balada rockera, hacen un cover de Guns N Roses. Mientras el resto de los chicos tocan sus instrumentos como si no hubiera mañana, Stella revolea su cabello al ritmo. Durante el solo de guitarra, toma la botella de agua al lado del pie de su micrófono, bebe un poco y se arroja una parte en el largo de su lacio cabello marrón. Las pequeñas gotas se le deslizan por la frente rápidamente gracias a que tiene un pañuelo atado, el cual seguro había sacado de mi vasta colección. ¿Cómo alguien puede ser tan condenadamente sensual?

La última canción está por terminar y los fanáticos de la banda corean la letra con fervor. Stella remata los últimos versos pudriendo la voz como solo ella sabe. Antes de que finalicen, me voy a su camerino para sorprenderla. Me acomodo en el sillón de cuero negro y espero. De forma inesperada, la puerta se abre y allí está mi chica. Veo que tiene una botellita de cerveza en su mano derecha. Cierra con traba y da un respingo al verme.

—Amor—exclama mientras camina hacia mí. Se arroja sobre el sillón y se sienta junto a mí— ¿Te gustó el show?

—Estuvieron grandiosos—respondo con una sonrisa. La miro a los ojos y dejo un pequeño beso en sus labios—. Volviste a tomar una de mis bandanas—señalo el pañuelo alrededor de su cabeza.

—Es que son mi amuleto de la suerte, y es como tenerte en el escenario conmigo—admite mientras bebe un trago de cerveza. Me ofrece un poco y bebo del pico.

—¿Y ahora qué harás? ¿Quieres que vayamos a comer algo? ¿O quieres ir a casa a acurrucarnos un poco?—sugiero con una sonrisa pícara.

—No, nada de eso—contesta mientras se acomoda en mi regazo, aprisionándome las piernas entre sus rodillas— ¿Y si nos divertimos un poco aquí, solos tú y yo con esta cerveza?

Río ante el comentario— ¿Cómo nos divertiremos?

Sin decir una palabra, captura mis labios en un beso. Muerdo su labio inferior y nuestras lenguas se abren paso. Siento el sabor de la bebida que ha tomado en su boca y la perforación en su lengua, y no puedo evitar sentirme seducido ante eso. Sus besos me delinean la quijada hasta llegar a mi cuello. Besa y succiona hasta dar con mi punto débil.

—Justo ahí, princesa—expreso casi en un gemido. Siento las vibraciones de su risa en mi piel sensible y eso solo lo empeora. Su lengua da rienda libre hasta la zona de mis clavículas, donde se toma el tiempo de dejar varias marcas. Toma un trago largo de cerveza y se hunde de nuevo en mi cuello.

—Mío—murmura tocando una de las marcas con la parte de su lengua donde está la pequeña bolilla de su perforación. Oh no, esta chica se lo ha buscado. La tomo del rostro para encontrarme con su mirada esmeralda y le susurro al oído:

—Te necesito contra esa pared… rogando por mí.

Choco mis labios con los de ella y la sostengo de los muslos para levantarnos. Hace una llave que me rodea la cintura y la coloco sobre la pared con cierta brusquedad. Se deshace de mi camiseta y la arroja al suelo sin cortar el beso. Bajo a su cuello y hago un camino desde allí hasta su escote, dejando varias marcas rojas. Encuentro el cierre de su top y lo deshago con lentitud. Ahora va a tener un trago de su medicina. Coloca su mano sobre la mía para incitarme a que baje más, pero inmediatamente la quito.

—Ah ah, yo mando aquí—expreso con un toque de soberbia, lo que hace que bufe de frustración. Termino de bajar el cierre y quito el top de mi camino. Veo que no lleva sostén y me relamo los labios ante la vista de su blanca piel adornada en tatuajes—. Hermosa como siempre—busco su boca y vuelvo a unirnos en otro beso. Mientras una mano ayuda a que sostenga a Stella, la otra se libera de esa tarea para jugar con su busto. Suelta un gemido entre mis labios cuando presiono con levedad uno de sus pezones y marco una pequeña sonrisa. La bajo de mi cintura y me arrodillo para desprender sus borcegos de caña larga. Mis manos suben por sus piernas, acariciando la suave tela de sus medias de nylon, y siento como mi chica tiembla ante el tacto.

—Vamos, maldito bastardo, haz algo—chilla con la voz rasposa hundiendo sus dedos en mi cabello. Llego hasta el inicio de las medias y las quito con suavidad. Vuelvo a la altura de sus ojos y me besa de nuevo mientras desprende el botón de mis jeans—. Para estar empatados—expresa bajando mis jeans a la altura de las rodillas. Los remuevo por completo y la aprisiono contra la pared.

—Todavía no—continúo—. Tú tienes demasiado ropa, princesa—confirmo colocando mis pulgares dentro del elástico de su falda. Luego de juguetear un poco, me deshago de ella y la arrojo lejos—. Salta.

Vuelve a rodear sus piernas a mi cintura y me tantea la espalda con sus largas uñas. Me empuja más hacia ella para crear fricción contra su entrepierna, pero la separo un poco. Sin quitar el contacto visual, mi mano se pierde dentro de su ropa interior. Las puntas de mis dedos recorren su zona, que está húmeda en su totalidad.

—¿Todo eso por mí, princesa?—susurro con una media sonrisa. Ella asiente mordiéndose el labio y me acerco a su oído—. Me encanta que sea así.

Mis dedos se mueven con lentitud al principio y eso hace que Stella gima. El movimiento de mis dedos se intensifica cuando encuentro su punto más sensible.

—No… pares—gruñe entrecortada acercando sus caderas más a mi mano—.

—Oh no, amor, no vas a correrte en otro lugar que no sea conmigo dentro de ti—murmuro mordiendo el lóbulo de su oreja. Remuevo la mano y me lamo los dedos, disfrutando del sabor de mi chica—. Tan dulce como siempre—comento. Busco un condón guardado en el bolsillo delantero de mis jeans desparramados en el suelo. Rompo el envoltorio, me quito el bóxer y lo coloco—. Y como dije antes vas a tener que rogar—eso hace que ella se queje de nuevo—. Eso pasa cuando actúas como una chica mala.

—Ash, vamos, haz algo—ruega con la respiración dificultosa.

—¿Que haga qué?

—Fóllame, haz que me olvide hasta de mi nombre—ruega de nuevo clavando sus ojos verdes, oscurecidos por sus pupilas, en los míos.

Quito sus bragas del camino y entro en ella rápidamente. Embisto y me muevo con velocidad. Ella clava y araña mi espalda mientras farfulla profanidades en mi oído. Su actitud dulce siempre desconcierta con lo gótica que se ve en el exterior. No obstante, esta chica, la Stella en la intimidad, es igual a permitirse el más pecaminoso placer.

—Vamos, Irwin, fóllame como el hombre que eres—exclama casi pudriendo la voz, como en sus canciones. Mis movimientos vuelven a aumentar y hace que sus gemidos casi se vuelvan gritos.

—Vamos, córrete, princesa—expreso en el medio de un gemido. Ambos estamos por llegar al punto máximo y, de repente, las piernas de Stella están temblando. En adición, siento que las piernas se me debilitan al igual que ella. Suelto un gemido desmedido y ella hace lo mismo. La tomo del rostro y hago que me mire a los ojos cuando el orgasmo invade mi cuerpo; mis temblorosas piernas ceden. Caigo de rodillas de forma paulatina, y Stella cae sobre mis muslos disfrutando los últimos segundos de su clímax.

—Ash, tus piernas…—respira con dificultad.

—Tú… también—agrego tratando de tomar la mayor cantidad de aire.

—Siempre quise… lograr ese efecto en ti.

—Maldición, sí que lo hiciste—respondo sonriendo.

—Tengo que molestarte más seguido si va a terminar así—comenta soltando una risa. Imito su acción y beso sus labios con delicadeza. 

scream ☮ irwin (oneshot smut)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora