El muchacho de sudadera azul camina por donde siempre. Da vuelta hacia la izquierda en el árbol chueco y sigue derecho, sin titubear a pesar de que son las dos de la mañana y todo esta oscuro. Pensó en como podría estar plácidamente descansando en ese instante para después esfumar esa idea con pensamientos ansiosos. Cada paso cansado era un recordatorio de que debía apurarse.
El bosque es frío para el muchacho y las canciones que interpretan los grillos no ayudan a tranquilizarlo. Cuando logra ver el lago entre las ramas acelera el paso, tropezando con las hierbas y piedras. No siente más que la necesidad de llegar y cumplir su promesa.
Cuando llega a la orilla del lago, se lanza y nada hasta el fondo para empezar a buscar exasperadamente. Debe encontrarlo, no hay otra manera de fallar. Sus manos van buscando entre la tierra y las plantas que crecen debajo del agua. Siente el metal y al mismo tiempo una calma indescriptible.
Son las 5 de la mañana, no falta mucho para que salga el sol. El muchacho de sudadera azul abre la puerta del dormitorio de su hermana. Esta dormida y con una sonrisa, de seguro esta soñando con que es una princesa con un hermoso vestido y una tiara de diamantes. Él pone en la manita de la niña la cadena que perdió el verano pasado en un paseo familiar al lago, donde murió su hermano ahogado tratando de buscarla. Al fin estaba en sus manos, al fin había cumplido su promesa y él al fin podía descansar en paz.
Le dio un beso en la frente y se despidió para siempre.
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El club de la muerte.
General FictionAquí encontraras relatos de distintas personas cuyas muertes estuvieron destinadas a realizarse. Bienvenido al club de la muerte.