Mi mano se extiende sobre la mesa hasta alcanzar el telefono. Es demasiado tarde, tanto que mis únicos acompañantes son Hamlet y Macbeth. Por un momento pienso en llamar a mi madre pero no tengo nada que decir que ella quiera oír. Y si no es ella ¿A quien he de llamar?.
Mi soledad ha ido incrementando desde que he borrado mi lista de contactos y cerré mis redes sociales y me es más difícil acurrucarme en ella y crear una obra de arte moderno manipulando mi propio sufrir.
Es muy noche, no hay quien escuche mis lloriqueos más que mi presencia, no tengo nada que crear. ¿Para que me esfuerzo en temerle a la muerte? Si solo ya estoy. ¿Desde cuando esta falsa depresión se volvió mi único estado de animo? ¿Sigo actuando? ¿Es que alguna vez baje del escenario? ¿Como sabré cuando parar?.
Soy un mafioso del arte contemporáneo esperando que su trabajo sea el nuevo renacentismo de una época que estará por llegar, una época que no podré presenciar con mis propios ojos. Me emociona el simple hecho de imaginar a esta nueva generación leyendo mis poemas en clase de español adueñándose de mis palabras, de mis suspiros y de la sangre que derrame al escribir en ese papel.
Tendré que esperar para que veneren mis restos en un átaud cubierto de oro, tendré que esperar a que me canonicen. No me importaría esperar desde ahora.
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El club de la muerte.
General FictionAquí encontraras relatos de distintas personas cuyas muertes estuvieron destinadas a realizarse. Bienvenido al club de la muerte.