Mi Alma

Capítulo 2.

Jung Hoseok, un día antes.

Voy caminando por los pasillos de esta horrible universidad, creo que no podré seguir aquí, aunque mamá esta tan orgullosa de mi que solo mirar su sonrisa hace que aguante todo lo malo que pasa.

Veo a los chicos que me molestan correr hacia mi y yo reacciono a corto tiempo, haciendo que me agarren.

Puedo ver la cara de todos, riéndose de mi miserable vulnerabilidad.

Uno de ellos me tira un balde de agua con alguna sustancia fétida.

Entonces es cuando siento los golpes, en la cara, en las piernas, en los brazos.

—¡Hazlo!—Gritan y no reconozco quien es... Siento como agarran mis manos y las sujetan con fuerza.

Mis oídos retumban ante el primer golpe, las palmas de sus manos golpean fuertemente mis oídos, dos, tres veces, no paran...

Oigo un ruido piteante, miro mi ropa y estos ensangrentada, no los oigo... Solo escucho mi corazón acelerado, mis pulsaciones...

—Salvenme...

Caigo, me dejan ahí y no soy capaz de pararme, sus golpes me han dejado aturdido y pierdo el equilibrio.

Y todo es negro.

Actualidad.

—Mamá—Digo al ver que ella entra en la sala del hospital, me doy cuenta de que aun no puedo oír nada, espero no sea nada grave, ya que mañana audicionaria para algo grande.

Cuando los médicos entraron con ella y la vi tan mal, me asusté.

Me traían un cuaderno y lápiz.

"Tienes una sordera extrema"

Decían en una hoja.

Grité, mire a mi madre esperando que fuera mentira, grite hasta que mi garganta ardiera por el desgarro de está, no me oía a mi mismo, solo sentía la vibrante de mis cuerdas vocales ye di cuenta de que estaba perdido, mi vida se había arruinado, mire a mi madre y ella me abrazó.

Ella paso a la siguiente hoja, su letra estaba ahí.

"Está bien cariño, todo estará bien".

No podía creerlo... Me negué a creerlo.

Llegamos a casa.

Mi madre dejo las llaves colgadas detrás de la puerta y no deje de mirarla hasta que se sentó.

Estaba en el humbral, ella me miro, ha de ser difícil desde ahora, ha de ser... Peor.

Park Jimin. Día uno.

—Jimin, debemos decirte esto de la manera más entendible posible, es difícil como medico darte esta clase de noticia.

—Solo... Digame.—Tenia tanto miedo.

—Sufres de una enfermedad cerebral, es una enfermedad terminal, cáncer...
lágrimas cayeron antes de que procesara todo.

—¿Es una broma?—Pregunto, el medico me mira.

—Solo te quedan siete meses... O quizás menos.—Mi cuerpo tiembla.

—Debe estar equivocado.

—No, Jimin.

Me entregaron un informe detallado de lo que pasaría en tratamiento y enfermedad.

Y creo que... Soy muy joven pera esta clase de vida, para esta clase de sufrimiento.

Decirle a papá. ¿Como le diría algo así?

Cuando llegue a casa con el sobre y los ojos llorosos, papá se tiro sobre mi y lloró.

Agarro los papeles con sus manos temblorosas y susurro un despacio "lo siento".

Mamá había muerto de lo mismo hace ya siete años.

La vi sufrir, llorar, pedir que por favor parará, que por favor solo la mataran...

La vi, cuando dejó de recordarme. cuando ya no sabia ni quien era ella, la vi morir tan dolorosamente y lentamente que sabía que me esperaría. Sabía que me dolería, que lloraría y sufriría, como ella, papá quedara solo para cuando yo muera y es triste pensarlo así.

Es triste saber que no tendrá a nadie y temo lo peor...