la purga

I

1 mes para la purga anual

Entro a casa de mi amiga Kate, que desde fuera parece muy acogedora, pero por dentro, pierde todo el encanto. La culpa la tiene toda la chusma que hay dentro. Esta noche no tengo pensado emborracharme, aunque no prometo nada. Me conozco bien y sé que, si se me giran los cables, acabaré borracha. Suena Drake a todo volumen, lo cual me ayuda a adaptarme al ambiente de la fiesta. Es el cumpleaños de la dicha amiga y evidentemente, estoy invitado. Odio la gente que no lo está y decide entrar a las fiestas porque ellos mismos deciden que está bien lo que hacen. Ese tipo de actos son asquerosos.

En la mano izquierda llevo mi móvil y en la otra, el regalo de Kate: una botella de Jack Daniel's que seguramente permanezca llena quince minutos. Pasado ese tiempo, acabará en la cabeza de alguien. Me olvido de la botella en el momento en que se la doy a Kate. Le doy dos besos y ella me abraza. Yo, algo borde, se lo correspondo. El salón está lleno de gente que salta, grita y se lo pasa bien. Me voy introduciendo entre la muchedumbre para poder llegar al lavabo, cosa que no me resulta fácil porque esto parece un gallinero. El retrasado de mi ex estaría aquí si no fuese porque se dio cuenta de que yo iba a estar merodeando por aquí. No entiendo el porqué de eso, quiero decir, pensaba que Jake era lo suficientemente maduro como para dejar de hacer esas cosas. Supongo que por eso lo dejamos hace dos días, y digo dejamos porque no fue él quien dejó la relación, pero tampoco fui yo.

Aunque no estoy del todo seguro de lo que hago, consigo sentarme en un sofá. Tengo a dos tías liándose a mi lado y no me gusta nada, me incomodan, pero me aguanto y decido intentar ponerme lo más cómodo posible. Miro la hora. Son las once y media de la noche. Bueno, esto acaba de empezar. Seguramente acabe bebiendo vodka hasta que mi equilibrio dé mucha lastima, me enrolle con cualquier tío que vea y me lo tire en la cama de Kate. Después me la comerá un rato y me quedaré dormido. Mientras, él me robará, seguramente dinero, y al día siguiente, si es que todavía sigo en la misma cama, me pondré a buscar el dinero que me falta y entonces recordaré que aquel hijo de la gran puta con la cara bonita fue quién me robó. Y me fumaré lo que me quede de tabaco en el balcón de la planta de arriba y me iré a mi casa con un dolor de cabeza y una mala leche que me impedirán quitarme la resaca que llevaré encima. Y me pondré a ver Netflix hasta que me quede dormido otra vez. Después bajaré a comprar tabaco y, seguramente, una botella de ron.

Suerte que no voy diciendo estas cosas en alto. Mi madre siempre me dice que no debo cambiar por nadie y que nunca debo ocultar lo que realmente soy, pero la gente mira raro a las personas como yo, que somos tan calculadoras y detallistas. Los demás piensan que nos preocupamos por todo y que eso es malo. Yo no lo veo de esa manera, y si, es una putada ser así, porque muchas veces, la mayoría de cosas que calculo, no salen como quiero. Y la frustración es fuerte. Pensar tanto en las cosas hace que sea escéptico y pesimista hasta conmigo mismo, que siempre piense que no voy a conseguir nada. Me paso los días sorprendiéndome a mí mismo con las cosas que me niego y después salen bien. Supongo que eso lo cogí de mi padre. Mi madre también me dice que soy una copia exacta de mi padre. Yo creo que tengo los ojos de mi madre, algo tristes pero vivos. Azules, si lo quieres algo más resumido.

Joder, que asco me están dando las lesbianas estas. No es que sea homófobo, ni mucho menos. Sería algo raro ser gay y homófobo al mismo tiempo, ¿no? Me desagradan porque lo hacen fatal. La que está encima le está metiendo una mano en las tetas y la otra en el coño. Es que madre mía, no se cortan ni un puto pelo. Miro a mi alrededor para ver por qué vía puedo escapar. Veo a dos chicos muy monos sentados al otro lado del comedor. Uno tiene la mano en el muslo del otro, fijo que es gay. El pobre está inseguro, tiene miedo de lo que pueda pasarle. Darle una noche que jamás pueda olvidar a un chico que seguramente sea virgen. No es mal plan. La verdad es que me toca la curiosidad ver como de incómodo lo puedo poner.