Otro día más...

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Hoy, nuevamente empiezan las clases en el Instituto. Odio ir allí, siempre me están molestando las chicas del salón, las odio. En simples palabras no tengo amigos. Me llena de rabia que cada vez que llegó me estén haciendo bromas pesadas. Un día cuando llegaba a la escuela, era más pequeña, debía tener unos doce o trece años, unas niñas de mi salón me encerraron en el baño y me lanzaron una cubeta de agua. Luego de eso hicieron trizas mi vestido y rayaron mis cuadernos. Yo no soporte eso y lamentablemente terminó de la peor manera. En forma de defenderme me abalance sobre una de las niñas, la tumbe al suelo, la tome del cabello y golpee su cabeza varias veces sobre el suelo, hasta que la niña ya no pedía que pare. Cuando me di cuenta que tan lejos llegue fue muy tarde. Ese día mandaron a llamar a mi madre y los padres de la niña. Obviamente termine expulsada y mi madre con una demanda. Se podría decir que con sólo dieciseis años ya soy una asesina. Estuve hasta el mes de junio del año pasado en una correccional. Pero realmente no me importa.
Siempre me voy caminando al Instituto, voy sola, mi madre dice que soy lo suficientemente grande como para que ella este acompañandome, realmente me daría igual si me acompaña o no.
Son las Once treinta de la mañana, hora de partir al Instituto. Me despido de mi hermano y abuela, de mi madre? No puedo, esta trabajando.
Me colocó los audífonos, tomo mi bolso y salgo en dirección al "Instituto" . Realmente salgo más temprano para poder ir a sentarme en las gradas vacías y esperar a la hora de entrar al salón.
Hoy como todos los primeros días de Instituto todo el mundo está dando vueltas con sus saludos de reencuentro y ese tipo de cosas menos yo. Paso de largo a todo y todos para ir hacia las gradas.
No están vacías del todo hay un chico sentado, fumando. Realmente no me importa. Voy subiendo a las últimas gradas donde no da el sol para poder relajarme un poco antes de clases. El chico me da alguna que otra mirada pero parece no importarle nada, al igual que a mi. Me siento en último asiento donde hay una sombra perfecta. Simplemente me acomodo y me dispongo a disfrutar de mi música.

El problema eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora