–¡No podrás detenerme! –sentencia la akumarizada dirigiendo una bandada de palomas hacia su adversaria, Kitty Noir, quién las esquiva con una increíble agilidad saltando en el aire y finalizando con un aterrizaje digno de sus dotes felinos.
–¿Apostamos? –desafía con sonrisa socarrona.
¡ACHÚUUU!
–O mejor no –pronuncia alejándose de su alcance. Su alergia estaba atacándola desde que había descubierto el ambiente de pelea y a la villana. Una mujer obsesionada con las palomas. Kitty Noir no tenía idea del por qué de su akumatización, pero no se echaría para atrás. Este era su deber.
Necesito hacer más tiempo. No tardes LordBug –piensa.
–¡¿En verdad crees que podrás vencerme?! –grita la mujer.
–No... sola no –la mueca de Kitty se ilumina con una sonrisa alargada. –Solo te distraigo en lo que aparece mi compañero de puntos –mira sus garras con interés. –¿Sabes? Somos un equipo. No vayas a otorgarme todo el crédito por tu derrota.
–¡Provocarme es un error niña–gato! –gruñe molesta. –¡Tus poderes no son nada comparados a los míos! –carcajea con locura.
–Eso es muy cruel –sus comisuras se vienen abajo en un gesto exagerado. –Es ofensivo ser comparada con un ave. Deberías ser mi almuerzo.
La mujer suelta un bufido abalanzándose hacia ella seguida de sus aves, pero nuevamente Kitty esquiva sus ataques a una velocidad envidiable mientras exhibe una sonrisa engreída.
–Creo que ya me quedó claro que no te agradan los gatos, mujer-pichón.
¡AH! ¡ACHÚUU!
–¿Es todo lo que puedes hacer? –frota el dorso de su mano contra su nariz. –Necesito más acción. Vamos, sé que puedes hacerlo mejor. No te contengas solo porque soy... un gato.
KittyNoir fue testigo de cómo la mujer quedó inmóvil furiosa por sus ofensas, mientras parecía escuchar atentamente a Hawk Moth.
–¡Dame tu Miraculous! –vocifera con agresividad.
–Primero atrápame –reta con seriedad. Y Justo antes de correr hacia la chica, unos gritos las distrae.
–¡Miren, es LordBug! –un pequeño grupo de personas que permanecía lejos de la escena comenzaba a vitorear alegres por ver una figura que se balanceaba por los edificios.
Un chico con traje rojo a puntos hizo su entrada, cayendo justo al lado de su compañera llevándose aclamaciones por su perfecto aterrizaje por parte de sus fans.
–My Lord, creí que llegarías más tarde –comenta la de cabellos rubios.
–También es un gusto verte, Kitty –contesta con divertido sarcasmo. –¿Sabes donde está el akuma?
–Creo que está en el silbato, es con lo que controla a sus palomas.
–De acuerdo, ¿me sigues?
Ambos cruzaron miradas y se colocaron en posición de ataque con sus respectivas armas. Kitty extendió su bastón y Lord giraba su Yo-Yo.
–Hasta es fin del mundo, my Lord.
La pelea fue emocionante, y aunque las alergias de Kitty les complicó un poco las cosas, finalmente lo consiguieron. Lordbug atrapó al akuma y liberaron a la civil. Y una vez más, los héroes de Paris salvaron el día...
–¡Oye! –la chica en traje de piel negro le llama antes de que pueda marcharse su compañero.
–¿Eh? –Lord se gira confundido.
–Nos vemos –le guiña un ojo coqueta y lanza un beso por aire para él.
Lord gira los ojos divertido. Finge atraparlo con su mano y agita la otra para despedirse.
–Hasta pronto, Kitty –dice antes de lanzarse a las alturas con la ayuda de su yo-yo.
–Solo es cuestión de tiempo. Algún día me verás de otra manera –murmura Kitty para sí misma, observando cómo se alejaba la esbelta figura que saltaba sobre los edificios hasta que pronto, la perdió de vista en la lejanía.
El anillo emitió su característico sonido que la hizo mirarlo, uno de los dedos que conformaban la huella de gato en él parpadeó hasta desaparecer. Kitty sabía que era hora de irse también. Hizo una reverencia a sus admiradores y prosiguió a imitar el escape de su compañero antes de transformarse.
Llegó al mismo callejón donde tiempo atrás había cambiado su apariencia, y comprobando que nadie la había seguido musitó:
–Garras fuera –de pronto se vió envuelta en un destello que devolvió su aspecto de civil.
–Eso fue sencillo, Adrienne. Bien hecho. Ahora dame mi queso –demanda Plagg.
–Regresemos a la escuela. Allá tengo tu queso apestoso –la chica abre un poco su chaqueta para que el kwami ingrese a su bolsillo y así emprender el camino de regreso al instituto.
Al llegar, observa cómo algunos de sus compañeros también entraban para recoger sus pertenencias. Las clases fueron suspendidas por el akuma y tras su captura, solo quedaban un par de horas para que dieran la salida oficial. No era necesario quedarse.
La chica de cabello rubio entra al aula por su bolso, para a continuación pasarse por las taquillas para comprobar si tenía un poco de camenbert. Por suerte no había nadie cerca para que Plagg saliera de su escondite.
–Parece que queda un poco, habrá que traer más para mañana –comenta la rubia alzando el último trozo que Plagg, inmediatamente le arrebata.
–Sí, deberías comprar más. Esto no durará nada –dice, engulléndolo por completo en un segundo –¿ves?
–Eres un glotón. ¿Lo sabías?
–¡Oye! Si quieres convertirte en superhéroe, continúa dándome mi queso apestoso. Se gasta mucha energía para transformarte. Necesito MÍ-QUE-SO.
–Está bien, está bien... Pediré una carga para mañana. Solo espero que mi madre no lo descubra o tendré que ingeniármelas para ocultarle qué hago con tanto –declara, buscando su teléfono para hacer la compra.
Un sonido a lo lejos los alerta. Alguien se acercaba.
–Plagg, escóndete –murmura al tiempo que intentaba parecer normal. El kwami se escondió en el bolso que la chica posó la correa sobre su hombro.
Unos pasos ingresaron en su espacio y la chica se dispuso a salir, pero justo al dar la vuelta por las taquillas, casi choca ese alguien.
–¡Adrienne! –exclama sorprendido, seguido de una risa nerviosa. –No esperaba verte por aquí. Creí que no quedaba nadie. Yo ya me iba, so-solo vine por mis cosas –hablaba a una velocidad impresionante, y apenas entendible por los nervios. La rubia sonríe, se trataba de Marin, un compañero de su clase y buen amigo. Rápidamente recordó que esta mañana había tropezado con ella.
Tal parecía que sus encuentros siempre eran así.
–Yo también vine por lo mismo, fui a ver la pelea. Imagino que tú igual.
–Amm... ¡sí! ¡Exacto! ¿Quién se pierde esos eventos? –fuerza una sonrisa ansiosa mientras rasca su nuca.
–Tienes razón –contesta pensativa. En esas situaciones no tiene opción. Debe ser de las primeras personas en estar presente. –Bueno, nos vemos mañana, Marin –se despidió, alejándose del chico con una sonrisa.
–Si, emm... yo... ¡adiós! –consigue decir, pero la rubia ya había cruzado por la puerta.
Sus brazos se vinieron abajo junto a un pesado suspiro.
–Espero que llegue el día en que pueda tener una conversación con ella sin ponerme nervioso –se reprocha.
–Es normal ponerse así con la persona que te gusta. Yo sé que lo lograrás, Marin –dice Tikki, saliendo de su mochila.
–Muchas gracias, Tikki. Vayamos a casa, se hace tarde.
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Un pequeño cambio
FanfictionFanfic de Miraculous: Las aventuras de Ladybug & Chat Noir. •~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~ Lordbug y Kitty Noir diariamente se enfrentan a los problemas que contrae ser los héroes de la ciudad de París, todo manteniendo su identidad secreta bajo una máscara...