Capitulo 4.

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–¡Mira Bakugo! ¡Un pueblo!- apuntaba enérgico hacia adelante el chico de cabello rojo que cargaba dos bolsos casi vacías en su espalda. Apuró el paso al sentir aromas de especias y leña quemada. Al subir una colina, se encontró con un pintoresco paisaje de casas de madera que aun estaban distantes –¡Te lo dije! ¡Mi olfato es el mejor!- sonrió satisfecho al mostrar uno de sus talentos que lo enorgullecían.

El chico de cabello rubio ceniza bufó cansado –Vete al demonio con tu olfato- llegó a su lado y ambos caminaron al mismo paso. Observaba atento a medida que se acercaban. El lugar le parecía conocido –Debemos buscar alguna pensión barata. El dinero debe alcanzarnos hasta el final del viaje- acomodó su capa al llegar a la entrada donde un gran cartel tallado decía el nombre del lugar –Compartiremos una habitación, así que deberás dormir en… Diablos-

Lo miró extrañado al ver como el rubio ceniza apretó los labios y después chasqueó la lengua molesto –¿Qué pasó?- se paró justo a su lado y siguió la mirada rojiza –Villa U.A.- leyó en voz alta y volvió la vista a su acompañante –¿Conoces este lugar?-

Chasqueó la lengua por segunda vez y metió las manos en los bolsillos de su pantalón –Por desgracia- bajó la mirada y decidió caminar –Encontremos pronto una posada antes de que ese estúpido inútil nos vea-

–¿Estúpido inútil?- pero antes de que pudiera recibir una respuesta, el mas alto lo tomó de la muñeca para meterlos a ambos en el espacio entre dos casas grandes –¿Ba… Bakugo?- se mostró sorprendido, pero una mano le tapó la boca antes que pudiera seguir hablando.

El rubio ceniza suspiró pesado mirándolo duramente –Cállate por un momento, maldición- al recibir una afirmación de cabeza, bajó la mano –Vamos por el otro lado- habló bajo y se deslizó de lado pegado a la pared. El pelirojo lo imitó. Al llegar al otro lado del lugar, se asomó cuidadoso mirando a ambos lados antes de salir por completo –Bien, creo que ya lo perdí…-

–¿Kacchan?- ambos miraron donde vino el sonido de aquella voz. Se encontraron con un chico de cabello y ojos verdes que llevaba en su hombro, un cerdo amarrado de las patas. Vestía una camisa blanca mangas larga y encima de ella, una verde sin mangas, sus pantalones eran azul grisáceo –¡De verdad eres tu!- se acercó rápidamente al rubio que lo observaba con molestia. El pelirojo salió del pequeño callejón para pararse al lado del mas alto –¡Hace mucho que no te veía! ¿Cuánto? ¿3 o 4 años? Aunque tu villa esta bastante lejos de aquí, así que es difícil venir, pero igual podrías visitarnos 1 o 2 veces por año. Si vinieras en caballo solo te tomaría la mitad del tiempo que a pie. Aunque no hay razones para venir a pie ni a caballo. Tu padre tiene un dragón gigante en el que podría volar hasta aquí ¡Ah! Pero sería peligroso por los cazadores, así que es mejor que no lo…-

–¡Ya cállate maldita sea!- le dio una patada en la pierna que logró desestabilizar al de mejillas con pecas que en algún momento de su monologo, comenzó a morder su dedo pulgar –Puta suerte ¿Por qué carajos tengo que pasar por esta aldea en mi camino?-

Se sobó la pierna con su mano libre (con la otra afirma el cerdo), y sonrió nervioso –Eso… es porque es la mas cercana a tu villa- dio un pequeño saltito al ver aquello afilados ojos que le decían “no necesito que me digas algo obvio” –Bu… bueno…- fingió una tos para cambiar el tema –¿Qué haces por aquí, Kacchan?- después de la pregunta, se fijó en el chico al lado del rubio ceniza –¿Y él quien es? ¿Alguien de tu clan?-

–¿Y a ti que diablos te importa?- metió ambas manos en sus bolsillos y comenzó a caminar pasando por el lado del de ojos verdes. Se alejó un poco y se dio vuelta cuando se percató que iba solo. Miró al de cabello rojo que estaba detenido sin saber que hacer –¿Qué haces parado ahí como idiota? ¡Sígueme! ¡Debemos buscar un puta posada antes que obscurezca!- el llamado lo siguió, pero fue detenido por el de cabello verde –¿Que haces estúpido Deku?-

Soltó al de grandes ojos rojos al ver como el rubio ceniza se devolvió enojado –No, esto… ¿Están buscando un lugar para pasar la noche?- recibió por segunda vez aquella mirada enfurecida –Pu… puedes pasarla en mi casa si quieres, así no gastarías dinero- miró al pelirojo –Tu amigo también puede venir-

Ambos pares de iris rojos se miraron por un segundo y después vieron al pecoso que sonreía sincero. El pelirojo le sonrió contagiado por aquella sinceridad –¡Gracias por el ofrecimiento!-

El de cabello verde se mostró alegre y le iba a preguntar el nombre, pero fue interrumpido de inmediato por el rubio ceniza que tomó la muñeca del pelirojo para obligarlo a caminar tras él –Ni en mis pesadillas dormiría bajo el mismo techo que un idiota como tu- se intentó alejar, pero el de ojos verdes caminó mas rápido para alcanzarlos. Se le marcó una vena en la frente y se detuvo –¡¡¿Por que demonios nos sigues?!!- le gritó como si fuera un rugido llamando la atención de las personas a su alrededor –¡Ándate al infierno y quédate ahí!-

Aquel grito lo hizo temblar, pero se mostró firme –Hay… hay solo dos posadas aquí y deben estar llenas- recibió un “que te jodan” antes de seguir hablando, pero no se dejó intimidar –No creo que encuentren dos habitaciones-

–Ah, no necesitamos dos- habló sobándose la nuca con su mano libre –Solo queremos una. Ese fue el plan desde el comienzo-

El pecoso se quedó en blanco ante la declaración del pelirojo. Hubo unos segundos de silencio y el más alto aprovechó para seguir su camino jalando a su compañero.

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Continuara...

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