Capítulo 2

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Cassandra y yo entrenamos duro por varios meses. Rompí 6 pares de puntas y me corté incontables veces. Me salieron moretones, sangré y me enterré varias uñas, pero nada de eso me detuvo. Cada cosa que me pasaba me hacía esforzarme mil veces más. En una ocasión estuve cerca de tener un desgaste físico, pero eso no me detuvo. Luego de 5 meses de duro entrenamiento, escuela, graduación, prom night, gestiones de la universidad, por fin había llegado el día que estuve esperando todo el año, el 4 de julio, mi recital. Estaba más nerviosa de lo normal, pero eso era bueno, me hacía recordar las palabras que mi madre siempre me decía para calmarme: "Los nervios son muestra de que te importa lo que vas a ejecutar. El día que ya no sientas nervios, preocúpate, porque ese día ya no te importará si lo haces bien o no". Me maquillé, me hice la dona bien apretada y me llené el cabello de espray. Me puse mi tutú y amarré mis zapatillas de punta. Estaba lista para brillar.

No podía explicar lo que sentía al bailar. Era como un animal que lleva encerrado toda su vida y conoce la libertad por primera vez. Siento que vuelo por el escenario mientras las luces me enfocan. No pienso en los pasos, tengo lo que se llama muscle memory, mi cuerpo se acuerda por sí mismo de la coreografía. Así que al salir al escenario con Cassandra, lo único que hice fue mirarla, desearle éxito, y al levantarse el telón dar lo mejor de mí. Incontables piruetas y saltos después, me marché del escenario, esta parte para mí era difícil y triste. Meses y meses entrenando, lastimándome, llorando, para unos minutos bailando, pero valían la pena, créeme que lo hacía.

Al acabar el recital, todos los estudiantes salían, hacían una reverencia y le agradecían a Dios por permitirnos hacer lo que amamos durante un año completo. Al finalizar todo, el telón comenzó a bajar y así mismo lo hacían mis lágrimas, pues este había sido mi último año en esta academia que amaba tanto. Todos los estudiantes se abrazaban, tomaban fotos y se despedían backstage, yo, simplemente abrazaba a mis amigas y lloraba con ellas, yo no quería marcharme, pero no me quedaba opción. Mis padres deseaban que me enfocara en mis estudios y retomara el baile cuando tuviera el tiempo, pero créanme, dejar el baile no estaba en mis planes.

Salimos del teatro luego de empacar nuestras cosas y de quitarnos nuestras ropas del recital. Y allí estaban mis padres, mi hermano y mi mejor amigo. Junto a ellos estaba la familia de Cassandra, sus padres y su hermana, que resultaba ser mi cuñada. Mi mamá me dio un ramo de margaritas, mis favoritas, algo que acostumbraba al final de cada uno de mis recitales o presentaciones.

-Chicas eso fue hermoso.- dijo mi mamá con su rostro lleno de orgullo.

-Estoy de acuerdo, les quedó increíble su dueto.- respondió la madre de Cass.

-Bueno, me tocó una excelente bailarina como compañera.- dije mientras abrazaba a Cass. Desde niñas habíamos sido muy buenas amigas, y desde pequeñas, nuestro amor por la danza era notable.

-Hathor.- Escuché la voz de Keila y luego de buscarla por todos lados la localicé con la mirada, ella me hizo señas de que fuera con ella, le di mi ramo a mi madre y me hice paso entre la multitud de padres y bailarines que se tomaban fotos afuera del teatro. Al llegar a donde Keila ella estaba junto a una mujer, ésta era delgada de cabello pelirrojo y un tono de piel claro.- Hathor, que bueno que te encontré, ella es Leticia Ladislav.- yo extendí mi mano y estreché la suya.

-De British Dance Academy, trabajo buscando jóvenes que demuestren talento y dedicación por la danza y debo decir que en el momento en el que te vi pisar ese escenario supe que eras tú a la que estuve buscando.

-Espere, ¿está diciendo lo que creo que está diciendo?

-No sé en qué está pensando en estos momentos Srta. Alicea, pero si piensa en que le estoy ofreciendo que se una a nuestra escuela, está en lo correcto. Tenemos un programa para estudiantes dotados a los cuales se les beca, se les ofrece hospedaje y también se les ayuda con la inscripción de la universidad. Esta es mi tarjeta, no estaré mucho tiempo en Puerto Rico así que espero que me llames pronto,- luego de entregarme su tarjeta se volteó hacia Keila.- Gracias por invitarme, me encantó todo.

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