Ya me había despedido, mi maleta ya estaba en el avión, y yo ya estaba abordando, no estaba lista, para nada, pero ya era hora de partir. El maquillaje que me había puesto estaba corrido, no pude evitar llorar al despedirme de mi familia y mis dos mejores amigos. Al sentarme en el avión busqué mi libro de Cincuenta Sombras de Grey, mi vuelo a Nueva York duraba cuatro horas, así que tendría bastante tiempo de poder leer.
Luego de un vuelo largo por fin habíamos aterrizado. Tomé mi bulto del compartimiento de arriba y salí del avión. A penas ya estaba fuera fui a buscar un lugar donde comer, cuatro horas en un avión no se toman a la ligera. Apenas divisé un Burger King caminé lo más rápido que mis cortas piernas me lo permitieron y ordené mi sándwich favorito. Luego de haber terminado de comer me quedé cerca en la entrada del gate para mi vuelo. A penas me senté me puse mis audífonos y comencé a escuchar música mientras continuaba leyendo mi libro. Sentí como unos ojos se posaban en mí, desvié mi vista del libro y vi a una niña pequeña mirándome con intriga.
-Hola.- le dije mientras me quitaba los audífonos, cerraba el libro y lo colocaba en mi falda, ella no quitaba los ojos del libro.
-¿Qué lees?- miré la portada del libro pensando en cómo explicarle.
-Es un libro sobre una chica que se enamora de un chico que está roto por dentro.
-¿Y se casan?
-Bueno, aún no lo sé.- antes de que la niña me hiciera otra pregunta una chica joven vino corriendo y tomó a la niña de la mano.
-Cali, te dije que no te alejaras de mi.- tomó a Cali en brazos.- Perdona las molestias.
-No te preocupes, no molestaba.- la madre de Cali se marchó mientras le hacía gracias a su hija. La chica se veía joven, de mi edad, y entonces me puse a pensar ¿Cómo una chica tan joven no se cuidó de un embarazo no deseado?
-El vuelo hacia el Aeropuerto de la Ciudad de Londres está abordando. Pasajeros por favor de llevar su pasaje y pasaporte en mano, gracias.- tomé mi bulto y lo coloqué en mi espalda, guardé mi teléfono y mis audífonos en mi bolsillo y busqué en mi bulto mi pasaje y pasaporte y luego de pasar el gate me sentí más cerca de mi sueño que nunca.
Una vez dentro me senté en el asiento de la ventana teniendo dos asientos al lado, mi yo interior cruzaba los dedos para que el asiento del medio fuera ocupado por un muchacho atractivo. Luego de un rato un muchacho llegó a mi fila. Era de cabello castaño, tenía unos mechones que cubrían sus ojos color avellana, los cuales se escondían detrás de unos espejuelos, una camisa que se le ceñía al cuerpo marcando sus brazos un poco musculosos y sus pectorales bien pronunciados, tomó la maleta que tenía y la puso en el compartimiento de arriba provocando que su camisa se levantara un poco y pudiera ver el borde de sus boxers de American Eagle, traté de ocultar mi sonrisa mordiéndome el labio pero fue un poco obvio. Él me vio y me sonrió y yo le devolví la sonrisa, luego tomó otra maleta y la colocó también en el compartimiento de arriba, entonces llegó una anciana, la cual tomó el asiento del medio y al lado de ella el muchacho guapo, bueno, ahí van mis esperanzas.
Llevábamos un rato en el aire y la anciana ya había ido unas cuatro veces al baño y ahora iba la quinta.
-Thomas, déjame pasar.
-¿Otra vez al baño abuela?- dijo mientras soltaba el cinturón de su abuela y luego el suyo.
-Si pudiera controlarlo lo haría.- el muchacho se paró y ayudó a su abuela a salir del asiento y luego ella se encaminó al baño sola, él se vuelve a sentar.
-¿Cincuenta sombras de Grey?- dijo el muchacho, voltee a mirarlo, observaba la portada.- Lo reconocí por la portada.
-Sí, empecé a leerlo cuando salí de mi país.
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En Pointe
RomanceHathor Lia ha vivido toda su vida con un verdadero amor, el baile, cuando este la lleva a Londres para convertirse en bailarina profesional ella conocerá a Sean, un muchacho amante de la fotografía, talentoso deportista y con el cuerpo que hace que...