Capítulo V: Recuerdos

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«¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar?» pensó Lou. Yacía en el suelo de la habitación, junto a la cama. Se puso de pie para observar más detenidamente y buscar a sus compañeros.

Detalló un poco más el lugar, y se dió cuenta de que no era el mismo. Todo estaba en su lugar, el techo estaba en perfecto estado, no había suciedad por ningún lado, la habitación se encontraba como en antaño.

- Supongo que te preguntarás, ¿Dónde estoy? -se escuchó una extraña voz desde algún lugar de la habitación. El tono de su voz era melifluo pero a la vez escalofriante. Demostraba poder.

Al escuchar esto le dió un escalofrío, su corazón se aceleró un poco, decidió sentarse en la cama intentando parecer tranquila, observando a todos lados tratando de encontrar al dueño de esa voz.

Una ligera idea recorrió su mente, y su hipótesis se confirmó cuando aquel hombre hizo acto de presencia en el lugar. Su pelo era rojo vinotinto, traía unos ropajes extraños, de muy buena calidad. En su mano derecha tenía un libro abierto, observaba las páginas a la vez que se iba acercando a la chica.

- K... ¿Klain? -preguntó algo confundida y nerviosa.

- Ciertamente, señorita Lou. Bienvenida a Baldranor, es un gusto tenerla en mi habitación.

Lou quedó anonadada ante la declaración de ese chico. Se dió cuenta de que estaba en el mismo lugar, pero no al mismo tiempo. Esto solo generó muchas preguntas, las cuales fueron interrumpidas por el sabio.

- Antes de que pierdas la cordura, intentaré responder a algunas preguntas que se que te estás haciendo. Empecemos por qué haces aquí. -con un simple movimiento de su mano izquierda, acerco la silla que estaba con el escritorio y tomó asiento.

- Te traje aquí para ayudarte, y a la vez, ayudarme. Tus amigos no están muertos, sé muy bien que con lo que pasaron nadie puede sobrevivir pero te aseguro que lo están. Quiero dejar en claro que no soy el arquitecto de ese juego, aún así, conozco muy bien las reglas y también soy buen jugador. El punto es que, entre los siguientes capítulos encontrarán algo en las páginas. -contó el sabio. Se acercó a la capitana y susurro a su oído algunas cosas. La cara de la chica fue un poema, quedó boquiabierta al escuchar las palabras que pronunciaba a su oído el sabio.

Volvió a sentarse y continuó.

- Es simple. En cuanto a ti, sigues viva. No todos pueden percibirme en esa forma, mi cuerpo se encontraba en un estado al que llamó "Quadimensional" ya que se encontraba fragmentado entre cuatro dimensiones distintas para evitar ser detectado o dañado. No obstante, lograste ver esa pequeña parte que se encontraba en esa dimensión, y eso es muy admirable. -decía mientras observaba el libro, que permaneció abierto en todo momento por su mano derecha. Pasó algunas páginas y lo acercó a la chica. Le mostró fotos de sus compañeros desaparecidos.

- Mi cuerpo está siendo invadido por otro ente. A medias pude salvar a tú compañera... Francis, si no me equivoco. Y a usted, señorita. -relataba a la vez que señalaba las fotos de ellos en el libro.

- No pude hacer mucho por Dylan. Aún así, sigue vivo, es un tipo muy duro. En el libro se esconde el arma para destruir a ese ente, así tus amigos se salvarán y yo también. El dilema es que ni yo, su creador, recuerdo en que página exactamente se encuentra. Además que luego de haber aceptado el juego, no se pueden saltar las páginas al azar.

- ¿Y cómo es que llegamos a este lugar? ¿Es simplemente otra dimensión, o...? -hablaba Lou, siendo interrumpida por el hombre.

- Eres muy curiosa... Y a veces la curiosidad hace daño. -respondió. Entre sus palabras se notaba molestia, y un trasfondo algo furioso.

Cartas de CenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora