Parte 2: Pasión

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  • Dedicado a Jose Alvarado
                                    

Salieron del salón, él muy sonrriente y ella avergonzada. Ella llevaba el enorme arreglo en sus manos, todos los miraban.

-¿Sabes? No hay un solo segundo que no piense en ti- dijo Joel acercandose a Coraima y mirandola a los ojos.

-La verdad es que cuando dices invadir mi mente, la inundas- dijo ella siceramente y sonriente- me tengo que ir, ya me esperan afuera.

-Ok hablamos luego. Coraima, ¿recuerdas lo que me dijistes de probar mis besos?

-Mm... si.- dijo pensativa

-Pues te quiero cumplir cada deseo que tengas- tan pronto terminó de decirlo le robó un beso, se despidió rapidamente y se fue.

 Coraima se quedó congelada, cuando reaccionó no sabía como llevar el arreglo hasta el carro de su padre.  Muy avergonzada caminó hasta las afueras de la escuela buscando con la mirada el carro de su padre.  Tan pronto lo encontró caminó a paso lento hasta el auto, cuando abrió la puerta no sabía como sentarse y acomodar el arreglo con los globos junto a ella.  El padre la ayudó y cuando ella y el arreglo estaban adentro él se quedó mirandola hasta que le preguntó:

-¿Y eso? ¿Quien te lo dió?

-Un amigo- dijo con voz temblorosa

-¿Solo un amigo?

-Sí, ¿porque?- dijo muy nerviosa

-Porque eso es muy grande como para ser de una amistad- dijo muy retante

-Es que al parecer tiene muchas ilusiones conmigo.

-Ok- dijo seco

Estuvo todo el camino muy callado y ella muy nerviosa.  Llegaron a la casa y él la ayudó con el arreglo, cuando entraron Coraima dejó el arreglo en la barra y su padre llamó a su esposa.

-Rafaela, ven acá.

-¿Que pasó amor?- venñia caminando y cuando vió el hermoso arreglo se detuvo -¿Y eso?

- Que te diga tu hija- dijo secamente y pasandole la responsabilidad de la sitiación a Coraima.

-Bueno mami, estee... me lo regaló un amigo

-¿Un amigo? ¿Enserio? Pero está hermoso.- dijo emocionada -Yo recuerdo cuando tu padre me daba este tipo de detalles.

-Rafaela, ¿como dices eso? Mira lo enorme que está eso, ni el novio anterior le daba cosas así.- dijo el padre muy preocupado

-Coraima ¿que amigo te regaló esta hermosura?- preguntó Rafaela sutilmente

-Pues verás, conocí a un chico en la fiesta de la clase y le pidió mi numero a un vecino de él que es de la escuela, ¿Chistopher? ¿Te acuerdas de él?- la madre asintió -pues el le dió mi numero y últimamente el me ha mensajeado bastante hasta que hoy llegó con esto.

-Y... ¿quies es?, ¿como es?, ¿de donde es?, ¿cuantos años tiene?- dijo la madre bastante rapido mientras se sentaban en la sala de estar.

-Suave maa...- suspiró -Ok, él se llama Joel, vive en el campo, tiene 20 años y para que lo sepas de una vez tiene tatuajes.

-¿Tatuajes? Coraima po Dios, devuelvele el regalo- dijo muy alterada mientras Coraima se fue enojada para su cuarto.

-Coraima, van acá- gritó el padre

La joven se encontraba en su cuarto encerrada muy triste aunque no sabia porque, no debía importarle si sus padres aceptaban al chico. Ella había tomado a Joel como un juego, ¿porque se sentía tan mal al saber que sus padres lo discriminaban?

-Ohh Dios, salte de mi mente . Esta esta vez no me voy a enamorar, lo he logrado en otras ocasiones, porque contigo no puedo.  No me voy a enamorar.- decía aterrada -La verdad es que a mi no me importan los tatuajes. Noo, pero que estoy diciendo.- repetía confundida, estuvo así un largo rato hasta que le llegó un mensaje.

"Hola hermosa, espero que te halla gustado el otro regalito. Te quiero mucho."

-¿Otro regalito? Ohh Dios Dios Dioos- dijo saliendo del cuarto en busca del arreglo.  Coraima comenzó a desmontar el arreglo, fue sacando cada palito con fresas delicadamente, hasta que encontró el otro regalito.  Era un set de prendas hermoso, de tres tonalidades y original.  La verdad es que pegaba mucho con Coraima, le iba muy bien. Lo miró detenidamente y se lo llevó para que sus padres no lo vieran.

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Han pasado dos meses luego de aquel arreglo, los padres de Coraima siguen discriminandolo y ellos se veían a escondidas. Él pasaba por la escuela casi todos los días para verla.  Coraima quería tomarlo como un juego, pero su corazón no se lo estaba permitiendo.  Cuando ella se encontraba sola tenía peleas mentales, por un lado estaba el corazón y por el otro la mente.  Cada vez que él la iba a ver a la escuela ella se confundía mas, pues ellos casi ni hablaban, su dedicación era besarse.

Un día, de esos de visita, ella le dice que no quería estar por los alrededores de la escuela, que sus padres iban a pasar.  Él lo solucionó proponiendole algo que ella aceptó sin mucho problema.  Coraima había aceptado ir a la casa de Joel. Estaban solos, puesto que el vivía solo.  Como Coraima lo veía como un juego, o mas bien quería verlo así, ella había permitido que él la buscase sexualmente en otras ocasiones y los planes de Coraima eran repetir lo mismo pero sin esconderse.  Ella no le iba a entregar su virginidad, ella quería entregarle ese regalo al amor de su vida.

Joel comenzó a quitarle cada pieza de su uniforme, despacio y entre besos.  Era muy sutíl, cosa que a Coraima le gustaba,  Al poco rato ambos estaban desnudos, acostados en la cama y é encima de ella.  Los dos se besaban apasionadamente, pero con delicadeza.  El no hizo mas que rozar su miembro por la feminidad de ella y Coraima ya se habia convertido en una chica con muchas ganas de continuar.

-Sé que eres virgen y no te voy a quitar ese valor- dijo susurrandoselo al oido.

-Ok- respondió bastante excitada

Continuaron comiendose a besos .  cada beso la excitaba mas y mas, y cada roce la volvía loca, y a él tambien.  Cad segundo que pasaba ella sentía el miembro de él mas fuerte, ya no le importaban las peleas mentales.  Ella queía que él la hiciera suya.

-¿Porque no lo haces si yo se que tu quieres y tu sabes que yo quiero.- dijo susurrandole al oido con excitación

-Te dije que no  te voy a quitar ese valor.- respondió en contra de su voluntad, la verdad es que él se moría por hacerla suya.

Siguieron los besos, pero esta vez Coraima queria convencerlo a besos, así que aumentó la pasión.  Sentía como su glande rozaba con mas ganas su cíitoris. Él casi convencido se detiene poniendo su miembro en el orificio vaginal, la mira a los ojos y le dice:

-¿Estás segura de lo que quieres hacer?

La decisión de una jovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora