Capitulo 2

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Todavía se acordaba de su extraño rencuentro y ya habían pasado varios meses pero Alfred no podía olvidarse de ese momento en el que alzó la vista de su tablet para encontrarse frente a frente con Amaia. Pero también recordaba el momento turbulencias y los dos abrazados de nuevo compartiendo un momento, sintiendo el mismo miedo.

Esa conexión le había hecho pensar en una reconciliación amistosa, se suponía que no había rencores entre ellos, ambos lo habían dejado por mutuo acuerdo pero todo se había enfriado por pena, por miedo, por extrañarse, fuera como fuere su amistad había caído hasta perder todo el contacto.

Pero sus ganas de amistad se habían agotado cuando al salir corriendo, casi atropellando pasajeros a su paso había visto a Amaia salir por las puertas que daban a donde la gente esperaba la llegada de aviones y ver como el tal Guillermo, le abría los brazos y ella le devolvía el saludo con un pico.

Se removió incómodo en la cama y se giró para mirar a la mujer que estaba a su lado, complemente desnuda.

Irina, su última conquista, modelo mexicana que vivía en Londres por trabajar para una agencia inglesa, aunque viajaba por todo el mundo y pocas veces paraba por allí.

-Hola guapo.-Susurró antes de atacar sus labios.-¿Tienes hambre?

-Un poco.-Ronroneó intentando quitarse a Amaia de la cabeza haciendo una cosa que no se le daba bastante mal o eso decían las amantes y novias que había tenido.

Después de otra ronda de puro y solamente sexo sin compromiso, Irina saltó de la cama mientras Alfred se incorporaba un poco para admiras su cuerpo desnudo saliendo de la habitación de camino al salón.

-Me apetece escuchar música. Escuchemos al gran Alfred García.-rió.-No sé cuando voy a poder ver otro concierto tuyo.

Puede que con otra no le hubiera hecho ni puta gracia que tocaran sus cosas pero Irina era diferente, esa no era la primera vez que estaba en su casa, empezaron siendo amigos al conocerse en una fiesta pero la tensión que había entre ellos les había llevado a acostarse la primera vez y ahora cada vez que ambos coincidían en la ciudad y les apetecía se acostaban.

Volvió con la guitarra y varios CDs todos de Alfred.

-Lo sé, soy muy mala recordando títulos de canciones pero me apetece escuchar alguna de las canciones que no sueles tocar. Y necesito una chuleta.

Se sentó enfrente de él y le entregó la guitarra, quién la aceptó con una amplia sonrisa. Ella extendió los CDs y empezó a coger uno por uno. Pidiendo tocar algunas de las canciones.

-1016. Este es tu primer disco. ¿No?

-Ese disco no, no son tan buenas...fueron las primeras.

Pero ella no le hizo caso y lo abrió para mirar las letras.

-Vaya, estoy tan acostumbrada a que en los últimos casi todo sea en inglés que ahora si que me apetece escuchar este con las tres lenguas juntas. Muchas de estas no me suenas haberlas escuchado antes.

-¿Qué tal Barcelona?

-No.

Irina iba a quejarse pero al ver la cara de Alfred, no replicó.

-¿Y "De la tierra hasta Marte"?

-No

-Bueno ¿y que tal en esta en catalán? ¿Cómo se pronuncia...?

No le dio tiempo a terminar de tratar de entender y decir el título de otra canción dedicada a Amaia. Alfred le arrebató el CD tirándolo lejos, apartó la guitarra y se puso encima de ella.

-No me apetece tocar la guitarra ¿Y toco otra cosa para y de ti?-Susurró mientras su mano empezaba a acariciar unos de sus pechos.

-Me encantaría bebé pero tengo que irme ya.-dijo dándole un ligero beso antes de ponerse en pie y empezar a vestirse a toda prisa.-Hasta la próxima vez, y que sepas que me quedé con ganas de escuchar esas canciones y las buscaré en tu perfil de Spotify. Nos vemos guapo.

Y se marchó mientras Alfred murmuraba maldiciones. Se levantó, vistió y decidió trabajar un poco, encargó una pizza y se encerró en el estudio. Tenía que preparar la nueva gira. Cuando volvió a mirar el móvil, tenía un correo.

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Amaia sonreía mientras veía a su hermano jugar con su hija de seis meses, Javier el hermano dulce y duro representante que peleaba por sus contratos, se le caía la baba con la pequeña Leyre.

-¡Estoy tan contenta de tenerte aquí y que nos ayudes con el bautizo!

Su cuñada Begoña se sentó con ella en la mesa del jardín de su casa pero antes dejó una bandeja con dos vasos y una botella de coca cola.

El hermano de Amaia y su familia vivían en Pamplona como el resto de su familia. Amaia vivía en Madrid por motivos de trabajo pero siempre que las giras se lo permitían, volvía a casa.

-Es lo menos que puedo hacer por mi ahijada. Gracias, gracias de verdad por dejarme ser su madrina. Y poner la fecha que coincida con uno de mis descanso de giras.

-Es lo menos que podemos hacer, si no fuera por ti, tu hermano y yo no nos habríamos conocido.

Begoña y Javier se habían conocido gracias a que Amaia los había presentado en una fiesta de unos amigos suyos.

-Sé que a Ángela, también le hacía ilusión...

-Tranquila, le prometimos que será la madrina del segundo. Es lo bueno que solo tenga un hermano, las madrinas seréis vosotras y el padrino él.

-¡Guau! Ya pensando en el segundo.

-Con tu hermano tendría un equipo de fútbol.

Amaia sintió una punzada de celos, ella también había pensado en tener hijos, en la academia ya había hablado de nombres que le gustaban con...No pudo evitar recordar el reencuentro que había tenido con Alfred del que no le había contado a nadie, nadie excepto a Aitana para recordarle, y recordarse a si mismo lo idiota que era su amigo. Aitana le había dicho que lo llamaría para quejarse porque no la había avisado que iba a Barcelona pero Amaia le había suplicado para que no lo hiciera no quería que él supiera que había gastado ni dos minutos hablando y pensando en él.

¡Mierda! Recuerdos de ese día en el aeropuerto volvieron a su mente. "Maldito Alfred"

-¿Cómo llevas la búsqueda de modelito para los premios Cadena Dial?-preguntó tanteando el terreno.

Amaia suspiró, su madre llevaba dándole la tabarra con el tema desde hacía días, quería ir con ella sea misma mañana a ver más vestidos pero ella había huido a casa de su hermano.

-Supongo que al final me pondré algo de Dolores Promesa, nunca falla en estos eventos.

-Seguro que lo agotarás, te pongas lo que te pongas.

-Y no se porqué, no creo que tenga tan buen gusto para gustar a tanta gente.

Ambas rieron.

-Amaia eres especial y por consiguiente, todo lo que llevas o haces también lo es.-dijo acariciándole el brazo.

-Jo, mucha gracias. Por cierto, tenías algo que contarme ¿no? ¿Algo más de los preparativos?

-No, esta vez es tu hermano quien quería hablar contigo ¡Javier!

Begoña bebió un trago largo de coca cola, evitando seguir hablando del tema de la fiesta mientras el llamado se acercaba a ellas con la niña en brazos.

-Creo que siendo hora de una siesta. Ahora nos vemos.

Begoña cogió a su hija y entró en la casa dejando a los hermanos solos. Javier bebió un trago de la coca cola que había dejado su mujer.

-Oye Amaia, necesito contarte algo, ¿vale?

-¡Qué ocurre Javier! No me preocupes.


Bueno, bueno hasta aquí se queda esto ¿Qué creéis que pasara? Se valen apuestas. Gracias por leer y comentar. 

Destino o casualidadWhere stories live. Discover now