Amor Correspondido?

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Era ya demasiado tarde , Kanda caminaba por los pasillos de la orden sin dejar de pensar en cierto albino que se había colado en sus sueños. Esto le molestaba en demasía, pues no era la primera vez que ocurría. Fue sacado de sus pensamientos al escuchar un grito seguido de varias cosas cayendo. A él no le importaba, pero ese grito le resultaba demasiado familiar para su gusto, así que decidió ir al lugar de donde provenía el alboroto.
Al llegar se encontró con Allen en el suelo rodeado de platos rotos y comida desperdigada por todas partes mientras se rascaba la cabeza riéndose entrecortadamente. A Kanda le pareció extraño y tierno a la vez verlo de esa forma.
+Kanda, que sorpresa verte por aquí- levantándose.
+Tsk- desviando la mirada.
+Jajaja… eso suponía, bueno ya que estas aquí ¿Por qué no me ayudas a recoger todo esto?- mostrando una sonrisa.
+Soluciona lo tú solo- dando media vuelta para irse a su habitación.
+Vamos Kanda… no te vayas- con un deje de tristeza en estas ultimas palabras.
Para Kanda no era extraño oír ese tono de voz por parte del albino, pues ya lo había escuchado una ves cuando estaban en matera, pero esa fue la única vez que lo hizo. Por ello se sorprendió cuando lo volvió a oír e hizo que en parte se sintiera culpable, haciendo que se detuviera y lo mirar a de reojo.
Después de unos segundos observándolo noto que sus ojos tenían una gran tristeza y que ya no se mostraba con la actitud de siempre, en cambio se mostraba como realmente era,  un chico de aproximadamente 16 años demacrado psicológicamente por todos los acontecimientos ocurridos desde que ingreso en la orden. Kanda quiso abrazarlo en ese mismo momento para poder consolarlo, pero lo único que hizo fue apoyarse en el pilar que estaba a su izquierda y mirarlo.
Los ojos de Allen se iluminaron al presenciar el acto del pelinegro, sintiendo una gran felicidad que casi corre a abrazarlo, lo amaba tanto pero le frustraba no poder hacer nada al respecto, conocía el carácter de Kanda y le daba miedo darle repulsión y que se alejara de él más de lo que ya estaba. Se limitó a recoger el desorden que el mismo ahí a provocado.
Al finalizar la limpieza del lugar Kanda decidió marcharse en ese mismo momento, pero sintió como unos brazos le rodeaban seguido de un susurro sólo audible para él 《gracias Kanda》
Después de aquel impulso por parte del albino, que se maldecía internamente por haberlo echo, esperaba cualquier cosa horrible por parte del azabache, por lo que al tratar de evitar la situación se dirigió al carrito pero antes de llegar sintió que lo empujaban contra la pared para luego ser volteado y sentir unos cálidos labios sobre los suyos.
Allen no daba crédito a lo que sus ojos le mostraban, pensó que tal vez por el golpe que recibió contra la pared se había desmayado y eso que estaba viendo era solo una fantasía por parte de él.
Kanda por el contrario aún estaba sorprendido por lo que había echo, su cuerpo había actuado por si solo antes de darse cuenta, aunque estaba disfrutando los labios del moyashi sabía bien claro que tenia que parar, estaba fuera de jurisdicción para él. Al intentar separarse sintió los brazos de Allen rodearle por el cuello y hacer que se acercará más a el, impidiendo que se separará. Ya en el límite de su cordura agarro a Allen por la cintura y lo atrajo más hacia si mismo para profundizar el beso, no sin antes pedir permiso para entrar.
En el instante en que sus lenguas se encontraron comenzó una batalla en la que ninguno quería perder, durando así varios minutos y no fue más por que la falta de aire lo demandaba, terminando en un empate.
Un hilo se saliva unía sus bocas, mientras respiraban agitados tratando de recuperar el aire perdido.
+Kanda yo…
+No digas nada.
+Pero yo…
+Deja de hacer eso… se lo que quieres decir, pero no quiero oírlo. Tsk eres patético.
+Ja, mira quien habla- apoyándose en la pared mirándolo desafiante.
+A que te refieres con “mira quien habla,” he moyashi- sonriendo altaneramente.
+Te he dicho que mi nombre es Allen, Bakanka.
+Hmp, realmente eres un brote de soja- acercándose para volver a besarlo.
Ambos se olvidaron de los platos rotos que estaban en el carrito, pero no de donde se encontraban, incluyendo que ninguna de sus habitaciones estaba cerca, caminar asta una de ellas no era una opción por lo que Allen se separo de Kanda y abrió una puerta hacia el cuarto del 14° que se encontraba en más profundo del arca.
+Tsk, que problemático.
+No te quejes y entra.

FIN

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⏰ Última actualización: May 21, 2018 ⏰

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