Un suspiro cansado abandonó los labios de Taehyung, quien acostado en su cama permanecía mirando algún punto en específico del techo.
No la estaba pasando bien; con esto de su nuevo embarazo no podía comer lo que se lo antojase. Estaba harto, Jungkook lo tenía comiendo puros vegetales porque "le harán bien al bebé".
Viró los ojos al recordar esas palabras, y se envolvió entre las cobijas de la cama que compartía con su novio y futuro esposo.
-Baby...~- Esa conocida voz interrumpió sus pensamientos. Hora de ensalar sus papilas gustativas con vegetales, yey.
Jungkook lo llamó una vez más, pero obtuvo como respuesta un bufido. -Mi amor, tienes que comer, recuerda que-
-Le hará bien al bebé, ya lo sé.- Puso los ojos en blanco y le arrebató la comida al pelinegro. Este soltó una risita por los actos de su novio, y se sentó a su lado para revisar que se la comía toda. Conociendo a Taehyung, seguro la tira por la ventana.
Taehyung tomó el cubierto, y con cara de asco fue acercándolo lentamente hacia la comida.
-Venga, que no muerden.- Jungkook, burlón.
Su sonrisa se enganchó al ver como Taehyung tomó una porción y la llevó a su boca, masticando rápidamente mientras veía enojado al mayor.
Y estalló en carcajadas al ver como el menor cambiaba de una expresión seria a una de total asco. Jeon estaba consciente de que a Tae le daban náuseas los vegetales, pero debía comer sano, por la salud de su hijo o hija.
-Kookie... no quiero más...- Puso el plato en la cama y lo apartó.
-Tae, tienes que comer- Le regresó el plato.
-¿Y si no quiero?- Ladeó su cabeza.
-Con que desafiando a tu novio.- Empujó su mejilla con la lengua -Si tu no lo haces, pues lo haré yo.- Tomó el plato, y con el tenedor cortó una porción de brócoli, para llevarla a la boca del castaño -Abre la boquitaa~-
Tae lo miró con cara de pocos amigos, y se echó para atrás. -Te dije que no quiero.- Se cruzó de brazos, pero al ver que Jungkook frunció el ceño mientras apretaba aún más el cubierto le dio un poco de miedo.
-Aish, okey.- El castaño abrió la boca y dejó que Jungkook lo alimentara. Cuando terminó su repugnante comida, fue al baño a cepillarse los dientes.
Terminado su aseo personal se fue directo a su cama a seguir durmiendo, hasta que una idea le llegó a la cabeza; la semana pasada, si mal no recuerda, había comprado unas galletas con crema y hasta donde el sabe Jungkook nunca se enteró.
Con cuidado de no hacer ruido, se paró de la cama y como un niño pequeño salió de puntitas del cuarto. Asomó su cabeza por el pasillo, y al no ver a nadie se dirigió a la cocina. Miró por los cajones, y en el más alto pudo notar una cajita verde. Eran sus galletas.
El único problema; era un jodido enano.
Tuvo que tomar una, no, dos sillas para poder llegar. Y aún así tuvo que alzar la mano. Rebuscó un poco hasta sentir la caja, y la tomó.
Bajó con cuidado de la torre de sillas, y dispuesto a irse sale de la cocina y casi se muere del susto al ver a Jungkook parado en frente suyo. Y no se veía muy feliz que digamos.
-Jung...kook...- Escondió las galletas detrás suyo.
-Dame eso.- Habló serio, ese era el lado de Jungkook que Taehyung era incapaz de desobedecer.
Sus temblorosas manos se dirigieron al empaque de galletas, para luego entregárselas tímidamente a Jungkook.
Este masacró la caja con sus manos, y dejó que todos los restos cayeran al piso.