Prologo

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Los vio bailar alocadamente. Agitaban la cabeza, sus manos trazaban símbolos en el aire, la piel perlada de sudor. Se fijó sobre todo en las chicas: intentó captar sus miradas, pero ellas no le prestaban atención. Se quedó sentado en silencio, en un rincón, aparte de los demás, con una sonrisa helada en los labios

La huella del pájaro - Max BentowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora