Me desperté por el pitido del móvil. Maldita sea-murmuré entre dientes. Era Lucas.
Tosí un poco para que no se me notara tanto la voz de dormida y se lo cogí.
Tuvimos la típica conversación de pareja.Duró como 15 minutos y colgó el porque se tenía que ir a hacer unas cosas.
En estos días que llevaba sin él, la verdad es que estaba bien. Parecía mentira que llevemos juntos un año y siete meses y que prácticamente ni le eche de menos. Le quiero, de eso estoy segura. Pero creía que lo pasaría peor.
Me fui a la cocina para desayunar y ví a un chico de espaldas, bastante musculoso, en tirantes y con un delantal. No podía ser cierto.
-¿Hola?- pregunté mientras me hacía un moño.
-Buenos días Abby. - me dijo Dylan mientras sujetaba una sarteny me guiñaba un ojo.
Y yo con estas pintas, perfecto.
-¿qué... Que haces tú aquí? - pregunté con cara de asco.
- Hacerte el desayuno.
Levante uns ceja y el me imitó.
-¿Y mis padres...?
-Se han ido a trabajar. Es que ayer estuve un poco borde y pues solo quería disculparme haciéndote esto.
Me coloqué una mano en la cintura y le miré con asombro.
-¿ Estás de coña no?
-Mmm no, a si que tumbate en el sofás que ahora te lo llevo.
Me parecía buen plan a si que acepté sin quejarme y me tumbe.
Pasados unos minutos vino Dylan con una bandeja . En ella había unas tortitas, unas tostadas y un vaso de zumo.
-Te he dejado varios siropes para que te eches lo que quieras.
-Mu.. Muchas gracias.
-Mientras voy a recoger y limpiar la cocina.
Estaba flipando. Si le contaba esto a alguien no se lo cree. Una persona que me conoce de hace un día me trata de una forma, no especialmente amable y al dia siguiente... ¿Me hace el desayuno? Este chico tenía transtorno de personalidad o algo.
Me lo comí todo y mis ojos se detuvieron en la nata. Puse cara malvada y se me ocurrió una pequeñita travesura.
Me dirigí hacia la cocina con la mayor cautela que pude,cuando llegué, me coloqué delante de él y pronuncie su nombre, y en cuanto se giró le llene toda la cara de nata.
Comencé a reirme como no me habia reído nunca.
- Esto no se acaba así. - dijo sonriendo mientras que se quitaba la nata de los ojos. Empecé a correr por el pasillo pero era demasiado rápido y me alcanzó. Y repitió el mismo proceso conmigo.
-¡Capullo! - grite riéndome.
Fui a por él y me tropecé y cai sobre el. También me tropecé con esos ojos que bueno, me entraron ganas de besarle, a si que con eso lo digo todo.
- Mira todo lo que vas a tener que recoger. - me dijo mirando alrededor.
-¡encima! - le grité mientras le pegaba y me reía.
Estábamos a cinco centímetros y no paraba de mirarme los labios.
Y cada vez se acercaba mas, y yo cada vez estaba mas nerviosa, y se acercó un poquito más y...
-Tata, ¿Donde estan papa y mama?
Me levante de un salto y fui hacia ella.
-Eh... Se han ido... Y este vecino nuestro se ha quedado para hacernos el desayuno. - la dije mientras miraba a Dylan para que me siguiera la corriente. - Dylan, esta es mi hermana Sandra...
-Hola Sandra. - la saludo con una mano mientras que con la otra se rascaba la nuca.
-Ahora vete a tu cuarto y luego te aviso ¿Vale? - la di un beso en la frente y se fue.
-Por qué poco eh... - me dijo mientras cogía una valleta.
Me quedé callada hasta que me dijo que se tenía que ir.
Terminamos de recoger y le vi irse por la puerta. Me quedé tan embobada que no me di cuenta que tenia que dar de desayunar a mi hermana.
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Llámalo destino.
RomanceAbby Johnson tiene una vida tan perfecta que cree que nada puede cambiar. Hasta que pasa y todo da un giro de 360°. Pero por cosa del destino, conoce a dos chicos que ponen su vida patas arriba. A los que se le añaden desengaños, amistades, ruptura...