No importaba cuanto se esforzara, Yoongi siempre terminaba sintiéndose miserable, no importaba cuanto se esforzara, Yoongi siempre terminaba decepcionando a todos, no importaba cuanto se esforzara, Yoongi siempre terminaba odiando su vida.
Min Yoongi, un hombre de 27 años, duro de corazón, asocial, sin amor propio y sin amor a nadie más, sueños frustrados y una vida miserable, dueño de una cafetería ubicada en el centro de Seul, heredada por su difunta madre, la cual había muerto un año atrás debido a un tumor en su cerebro. Ella había logrado abrir su cafetería después de tantos años de haber soñado con su propio negocio. Lastimosamente no disfruto lo suficiente de ella, pero antes de morir pidió a su único hijo el hacerse cargo de ésta para que prosperara como siempre lo había deseado.
Era una cafetería grande al frente de un parque muy hermoso, sin enbargo carecía de vida, no habia nada especial en ella, nada que hiciera a los clientes desear volver. La había obtenido de sus ahorros, después de guardar dinero por muchos años pudo pagar la primera parte del préstamo, se suponía que con los ingresos mensuales iría pagando la deuda hasta terminar con esta misma. Nunca se imaginó que sería difícil hacerse cargo de la deuda, del pago a los empleados y de las cuentas “pequeñas” como el agua, la luz y demás.
Yoongi despertaba ese día por la mañana sintiendo un gran dolor de cabeza, había bebido mucho la noche anterior tratando de sentirse mejor consigo mismo y tratando de olvodar su miserable vida, coqueteando por aqui y por allá con alguna linda chica que estuviera desesperada por una rápida follada, apenas recordaba pequeños fragmentos de la noche tan alocada que había tenido, ni siquiera el sexo con la chica rubia de ojos azules habia sido bueno. Se levantó y caminó hasta el baño, dentro de éste se quitó su ropa y se miró luego en el espejo.
-Estúpido Min Yoongi, que crees que haces?-Le reclamó a su reflejo.
Yoongi se odiaba a si mismo después de la muerte de su madre, siempre pensó que era su culpa que su madre hubiera muerto, se reprochaba asi mismo que si la hubiera llevado al médico cuando se empezó a sentir mal hubieran podido encontrar el tumor a tiempo, y así tal vez salvarla, pero siempre estuvo muy ocupado, incluso a veces olvidaba ira visitarla, siempre pensó que los dolores de cabeza de su madre eran una manera de manipularlo para que la visitara más seguido, no importaba que tan mal ella le dijera que se sentía, él siempre estaba ocupado con la universidad tratando de graduarse con las mejores notas, y lo logró, pero a que costo, su madre no estuvo en su ceremonia de graduación.
Lo peor aún, era que realmente estaba tratando de compensar su falta con su madre haciéndose cargo de la cafetería, pero no estaba funcionando, el negocio no avanzaba, incluso había estado pensando en despedir a la mayor parte de su personal, todo iba de mal en peor, él sabía que nada de lo que hiciera lograría hacer a su madre feliz, porque ella ya no estaría para presenciarlo.
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Sentado, solo, como todos los días, como cada año, como toda su vida, al menos desde que Jimin recuerda ha estado solo, nunca tuvo amigos, nunca los necesito, o eso creía, no desde que sus padres lo abandonaron en ese orfanato.
Park Jimin, 17 años de edad, Huérfano, no porque sus padres hayan muerto, sino porque lo abandonaron siendo tan solo un pequeño niño de 6 años, él aún recuerda sus rostros, recuerda la calidez de las manos de su madre, y también recuerda la dureza de los golpes de su padre, él no se siente cómodo con los otros chicos de ese orfanato, porque a diferencia de ellos él sabe que si tiene padres, sus padres andan por allí en alguna parte de Corea, y el aún espera algún día encontrarlos.
Jimin siempre fue un niño callado, un niño triste y por ende un niño asocial, por tal razón siempre recibió burlas de sus compañeros de casa, siempre hacían bromas con respecto a al abandono de sus padres, los otros niños eran crueles, pero eran niños por eso sus castigos no eran duros. Jimin sufrió bullying la mayor parte de su niñez y adolescencia, incluso lo golpeaban o robaban sus cosas añadiendo que cuando él encontrara a su padre agresivo le compraría muchas cosas más.
Y si, las cuidadoras del hogar se preocupan siempre por él, incluso lo tenían en tratamiento con un psicólogo esperando notar algún cambio con el tiempo, pero aun así Jimin se sentía desentendido, a veces llegaba a pensar que no quería vivir más, incluso una vez a sus 15 años trató de quitarse la vida, mientras todos hacían sus actividades cotidianas sin prestarle atención al adolecente rebelde, se encerró en el baño con un cuchillo que había tomado de la cocina mientras lavaba los trastes, y luego se cortó las muñecas hasta que vio como la sangre corría por sus manos y caer en el suelo.
Afortunadamente uno de los niños que necesitaba el baño vio sangre por el reflejo de piso y llamó a las cuidadoras las cuales pudieron derribar la puerta en segundos para llevarlo al médico, estuvo internado por una semana con tratamiento para la depresión y medicamentos para cerrar las heridas de sus muñecas. Pero no termino ahí, Jimin sentía el impulso se cortarse cada vez que se sentía triste, por eso llevaba cicatrices en sus brazos algo visibles, siempre las escondía con sus camisas de manga larga o incluso usaba pulseras para cubrirlas.
-Jimin por qué no vienes a ayudarnos a pintar las paredes?- preguntó una de las señoras que cuidan a los niños del lugar.
-Lo siento, creo que iré a dormir un rato, me saltaré la cena de hoy, buenas noches- se despidió con una tímida sonrisa, en realidad algo triste.
Se levantó de la banca en la cual estaba sentado y se dirigió a paso lento a su dormitorio, éste era un pequeño cuarto con dos camarotes en los cuales dormían tres chicos a parte de él. Entro y cerró la puerta detrás suyo suspirando pesadamente mientras contenía sus lágrimas.
El caso de Jimin era especial, él lo sabía, sabía que nadie había querido adoptarlo por su manera de ser, un niño problemático con esperanzas de algún día encontrar a sus padres, habían pasado muchos años desde que siquiera hizo su intento de conquistar a una familia con deseos de adoptar, ahora era demasiado tarde, con 17 años ninguna familia lo llevaría a una nueva casa para ser parte de ellos, sabía que en unos 11 meses cumpliría sus 18 años, y tendría que irse de allí, no tenía nada, no tenía a nadie, no tenía a donde ir y lo único que no sabía era lo que haría cuando lo echaran del orfanato, tenían proyectos de avance para los jóvenes como él, pero él no quería ir a otra casa hogar de jóvenes sin propósito en la vida, quería algo más, algo que no estaba en sus manos tener.
-Nunca tendrás una vida normal Jimin, recuérdalo.- se dijo a si mismo derramando lagrimas mientras permanecía sentado en el suelo y tomaba en sus manos una navaja que escondía bajo su almohada.
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Espero que les guste mucho, que lloren mucho al igual que yo y por supuesto que lo amen mucho.
La historia avanzará un poco lenta refiriendose a la relacion de Yoongi y Jimin, pero valdrá la pena ❤
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Proyecto Hermano Mayor [ YOONMIN ]
Fanfiction¿Han escuchado hablar de los proyectos de Hermano Mayor para niños huerfanos? Bueno, así fué como un hombre de corazón duro como la piedra terminó endulzandose y endulzando a un joven huérfano con problemas de depresión. [ALISTEN LOS PAÑUELOS] *H...