quiet, please ☮ hood (oneshot smut)

quiet, please ☮

¿Qué hay en ella que me atrae? ¿Acaso es esa altanería y su forma de ser tan avasallante? ¿O es ese cuerpo escultural y curvilíneo? No lo sé, pero algo me hace querer ver más allá de ese par de ojos oscuros. ¿De quién hablo? Alexandra Santini, una de las chicas más populares del instituto. No obstante, no hay que dejarse engañar por su status. Alex, como sus amigos la llaman, tiene un carácter fuerte y podría romperte la nariz si así lo quisiera, incluso insultarte en ese acento latino. Diablos, es tan sexy cuando habla español.

Claro, siempre tiene que haber un problema, ¿no? El mío es que ella me detesta. No sé qué rayos le he hecho, pero las veces que he entablado una conversación con ella son solo para oírla decir Fuera de mi camino, Hood. O Hazte a un lado, Hood, o No me estorbes, Hood. Y mi favorita: Vete al diablo, Hood. Aclaremos que eso último fue sarcasmo. Como verán, la suerte no está de mi lado.

Volviendo al presente, ahora me encuentro frente a mi casillero, pero la vista se me va a ella. Oh, hoy luce hermosa en esos jeans ajustados y a la cadera. Como está por empezar el verano, tiene una camiseta que apenas le tapa el ombligo y puedo ver con libertad su torneada cintura. Su cabello negro está suelto y lacio, y se pasea por los pasillos con una complaciente sonrisa. Madre santa, esos labios.

—Aquí vamos de nuevo—se lamentan Luke y Ashton al unísono.

—Oye, Cal, ¿quieres un balde?—bromea Michael, mi mejor amigo—. Amigo, ¿hasta cuándo vas a seguir atrás de Santini?

—Hasta que me ame—respondo mientras cierro la puerta de mi casillero.

—Créeme que la entiendo—comienza el rubio—. Eres irritante.

Al oír eso, le lanzo una mirada furtiva.

—No me malentiendas, canelita pero cuando se trata de ella, eres irritante al cuadrado—admite Ash—. Si yo fuera ella, ya te habría golpeado.

—Ash, si fueras ella, Calum te estamparía contra la pared y adiós mundo—bromea Mikey nuevamente, a lo que le golpeo el hombro.

—En serio, estás mal de la cabeza—le digo mirándolo confundido. Suena el timbre y nos vamos al aula de biología, excepto Ashton, que está en último año y tiene otra clase.

Lo bueno de esto es que voy a ver a Alex. Oh, es tan sexy. Okey, ahora entiendo a los chicos. ¿De verdad soy tan pesado? O sea, me gusta desde que entramos a la secundaria, pero no hablo de ella todo el tiempo… ¿O sí? Sacudo la cabeza y presto atención a la clase. De repente, la puerta del laboratorio se abre y una Alex con mala gana aparece.

—Otra vez tarde, señorita Santini—se queja la profesora.

—Lo siento—se disculpa con una sonrisa falsa. Camina por entre los asientos y se para frente a mí. Joder, ¿qué hago? Tranquilo, tranquilo—. Hazte a un lado, Hood, estás en mi asiento.

¿Ven? Se los dije. Aunque vamos progresando; ha agregado más palabras.

—Yo llegué primero—me justifico levantando los hombros. Todos los alumnos lanzan un “oh” en forma de asombro al ver que me estoy enfrentando a la gran Santini.

—¿Disculpa?—exclama con soberbia—. Que te hagas a un lado, Hood, no hagas que te golpee.

—Señor Hood, señorita Santini, hagan silencio—ordena la profesora.

—Sal de mi lugar, Hood—continúa insistiendo.

—Vete a molestar a otro lado, Santini—me defiende Michael.

—No hablo contigo, arcoíris mal hecho—ataca la morena—. Mueve tu maldito trasero de mi lugar, Hood.

—Si no quiero, ¿qué vas a hacer?—la desafío mirándola directo a los ojos. Ni en un millón de años le habría hablado así, pero su actitud me está exasperando. Empieza a maldecir en español, y puedo jurar que la mayoría son insultos hacia mi persona. De repente, la profesora la hace callar.