Parte única

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Viernes por la mañana, JaeBeom caminaba con los cascos puestos las dos calles que separaban el apartamento en que se aloja del centro universitario al que asiste. Hace un frío insoportable que le hela hasta los huesos. El gélido viento se filtra sobre el desgastado hoodie negro que viste con frecuencia.

Pasando fuera de la cafetería en que suele trabajar los fines de semana, se le revuelve el estómago a causa del aroma a café. No ha desayunado esta mañana, y la noche anterior no se llevó nada al estómago a excepción de una taza de diluido y amargo café negro. Está pasando por una pequeña crisis financiera, viéndose cada vez más corto de efectivo con los finales y entrega de proyectos a la vuelta de la esquina. Además de necesitar pagar todas las facturas.

No tendría que verse en esa situación si hubiese permanecido en casa he ido a una universidad más cerca de la pintoresca y tradicional Goyang. Sin embargo, aspirando a lo mejor en el área del estudio, decidió irse hacia la enigmática ciudad portuaria, Busan.

Deteniéndose en la última avenida, espero a que el semáforo le favoreciera y cediera el paso. Observo a las personas al otro lado de la calle, todos bien abrigados y con ese aire feliz del cual JaeBeom carecía. El resto de estudiantes parecía listo para ir a disfrutar de un emocionante fin de semana, mientras él aún no deseaba llegar a su turno en la cafetería.

Posiblemente tuviera unas pronunciadas manchas oscuras bajo los ojos, también podría estar un poco demacrado y más delgado que el último mes, sin embargo eso no podía importarle menos cuando estaba tan cerca de graduarse y volverse un exitoso profesionista.

El semáforo se puso en verde y avanzo. Estaba cruzando las puertas de la institución cuando se estrelló con un chico y este término cayendo de culo. Se apresuró a ayudarle a ponerse de pie, dispuesto a disculparse con el desconocido.

—Lo siento, no te he visto— se disculpó, rascándose la parte posterior del cuello mientras le daba una mirada avergonzada a la persona frente a él. Analizando desde los zapatos bien lustrados hasta el impecable y posiblemente costoso abrigo, entonces paso la mirada por el rostro del chico frente a él. Abultados labios color durazno, pómulos altos y cejas perfiladas. E intensos ojos color marrón le veían fijamente, enmarcados por tupidas pestañas.

JaeBeom trago saliva, el chico lucia terriblemente lindo y parecía que provenía de una familia acomodada.

— ¿Cómo te llamas? — cuestiono la persona frente a él, incomodando a JaeBeom con el tono bajo y suave en que pronuncio aquella interrogante. Podía sentir como los ojos del chico se deslizaban arriba y abajo sobre su cuerpo, inspeccionándole de forma descarada.

—JaeBeom, Lim JaeBeom— concedió sin miramientos, después de todo le había tirado por no ver por dónde iba. Aquel abultado par de belfos se extendió en una sonrisa que provoco un nudo en el estómago de JaeBeom.

—Entonces JaeBeom-ssi ¿te gustaría ganar unos cuantos dólares de forma fácil? — el joven había colocado una bien cuidada mano de dedos largos y delgados sobre el pecho de JaeBeom, intimidándolo de manera inexplicable.

Aquella mirada felina, y sonrisa con significado incierto le provocaron un escalofrió. Se sentía como una presa, y el chico frente a él, claramente era el depredador dispuesto a cazarlo.

— ¿A qué te refieres con ganar dinero de forma fácil? — indago con el ceño fruncido, confundido con la forma en que se estaba desarrollando aquel accidental encuentro.

— ¿Cuál es su postura respecto al sexo casual entre desconocidos, JaeBeom-ssi? — incrédulo por la repentina pregunta, el joven Lim hizo una mueca de desconcierto.

Fuck moneyWhere stories live. Discover now