La había dejado encerrada, a base de candados y barras de seguridad que solo un experto de la CIA podría descifrar y claro…él. Después de retirar el dinero de _____________ lo había colocado en un botín que guardaría bajo siete llaves en alguna parte del pequeño departamento. Sin embargo, había dejado el dinero suficiente para la comida que necesitaba, sin mencionar alguna ropa de segunda que le compraría a ___________, tanteando, pues no se sabía su talla.
Y después de algunas horas…había vuelto a casa.
- Mi.erda – se dijo a sí mismo al abrir la cerradura. Cerró la puerta y observó a ____________ con una sonrisa radiante sobre el diván, con una lata de cerveza en la mano.
- Vaya, llegas y ya insultando…
- No te lo dije a ti, es que… ¿estás borracha?
- ¿Yo? – preguntó ella sorprendida, al mismo tiempo que soltaba una carcajada. La lata de cerveza revotó, cayendo al suelo.
James negó con la cabeza, tiró el botín sobre la pequeña mesa y con la otra mano tendió la pizza que había traído.
- Te dejo apenas una hora y haces esto. – la reprendió. – te he traído ropa y comida. – dejó la bolsa de ropa sobre el diván. – no puede ser…eres peor que una niña pequeña, te has tomado mi colección de Heineken… y ni siquiera… - cuando se detuvo, se percató de que hablaba solo.
La vio tendida, tenía los ojos levemente cerrados en un descanso profundo. Bonita. Muy bonita. Quizá había sido por algo que había terminado eligiéndola a ella de entre esas cinco mujeres. Quizá alguien intentaba decirle algo. Pero no quería ponerse a pensar en eso, al contrario, después lo notaría. La cargó entre sus brazos, intentando no despertarla. Los borrachos eran más duros que una piedra, pero aun así tuvo cuidado. Sus manos se aferraron a los muslos de ella, teniéndola con firmeza. Caminó hasta la habitación, abriéndola con una mano, sus músculos se tensaron cuando tuvo que acostarla sobre las sábanas en el suelo. 'Toda mi colección de Heineken'… pensó. Y una leve sonrisa se expandió entre sus labios.- Lo lamento… - le dijo ella. Abriendo los ojos suavemente. James se tensó.
- ¿Por qué?
- Por tomarme tu colección.
- Da lo mismo.
- Pero dijiste que te molestaba.
- Ahora te digo que me da lo mismo. – intentó irse, apunto de colocarse de pie, sintió las tibias manos de ___________ cogerle el brazo.
- No te vayas… - le pidió en susurros. James la miró a los ojos, era inevitable no hacerlo cuando lo necesitaba…se sentía tan bien cuando la miraba tan intensamente. – vamos, quédate… - murmuró ahora, acariciándole los bíceps. James lo sintió exquisito. Observó las pequeñas manos de _____________ acariciarle el brazo. Maldición ¿de qué me manera lo hacía que lo ponía tan tenso?
- ¿Para qué? – le preguntó, sin querer saber la respuesta, tan solo deseaba quedarse ahí mismo.
- No lo sé… - ___________ lo empujó hasta ella, esta vez para que se acostara a su lado. James cayó tendido. Las fuerzas se le habían ido. De pronto se encontraba hechizado por ella y sus penetrantes caricias. – tal vez para que me digas tu nombre.
- Pensé que lo sabías… - dobló los brazos y los colocó bajo su cabeza. – James. James Maslow.
- ¿Y por qué lo de ayer? – preguntó ella.
- ¿Qué cosa?
- Te detuviste.
Y una cosa era cierta. Los borrachos eran los más sinceros del mundo.
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Secuestrada♥~
Dla nastolatkówCuando a James Maslow, uno de los criminales más buscados en todo Estados Unidos, le convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Las Vegas, no duda ni un segundo en aceptar la oferta. Lo que no pensó...fue enamorarse de una de ellas.