Es que había que partir!

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Por fin nos decidimos a vivir juntos los tres, empezamos a buscar arriendo y al poco encontramos un departamento en la Legua, cada uno con su trabajo y las familias que no entendían mucho esto de vivir 2 mujeres y un hombre.  La cosa iba bien llegó el día en que empezamos los arreglos, que pintar, que levantar un tabique, y conocer los espacios.  Muchos amigos nos ayudaron, cuando empezamos a vivir juntos yo no podía disimular mi sonrisa ya varios kilómetros antes de llegar.

¿Qué problema podría existir ? si más que mal la amistad entre hombre y mujer es real. Bueno, en mi caso solo bastaron pocos días para que me diera cuenta de que algo extrañamente nuevo estaba pasando, pero no podía ser, yo me consideraba muy caballero como para romper un código auto-impuesto, todo debía seguir como estaba. Mentira !  Sinceré mis sentimientos y esperaba un "entonces no podemos ser ni amigos", pero cuando le dije que me gustaba escuché un "Tú también me gustas". 

Todo aquel que haya experimentado esa sonrisa que sale de la nada, entenderá lo fácil que se escapan los pensamientos hacia otra persona. Después creo que entendí un poco más que las personas se mueven muchas veces por las pasiones y no tanto por los argumentos o las convicciones. 

Tres días maravillosos, pero solo tres días y apareció una frase terrible "o te vas tú o me voy yo", esa sensación de estar a medio metro de la orilla de la playa y no poder evitar que la ola te de vuelta, pero qué pasó?. Mi familia me decía: las mujeres necesitan oxígeno, no podía andar detrás de ella con tanta insistencia. En mi interior no sabía que estaba mal, si el problema fue que nos besamos, si el problema fue que no nos besamos tanto. Qué estaba pasando, había otro hombre?.

Poco a poco tuve que tomar las pocas cosas que tenía en el departamento y buscar otro lado para vivir y no es broma que en cada objeto que tomaba solo pensaba que lo único que yo quería de ese lugar no me lo podía llevar.




Para no olvidar Amar másWhere stories live. Discover now