Capítulo 6: Un beso de mi profesora, Mensaje escalofriante y Malas noticias.
Llegamos a la secundaria.
Matt bajó conmigo y tomamos nuestros horarios.
—¿Con qué asignatura inicias?
—Literatura ¿Y tú?
—Plásticas —dije y mi cara mostró tristeza.
Estaré nuevamente solo, como siempre, o tal vez Catalina quiera sentarse conmigo, como lo hace a veces en Ciencias.
Ella es como la rechezada de la secundaria, ya que es nerd y no es para nada linda, es el punto rojo del grupo de Leeroy, los malos que siempre le hacen bullying a cualquier marica que les caiga mal.
Pero como yo soy una cara en un millón, ellos ni saben de mi existencia y por suerte nunca he tenido problemas con ellos.
Leeroy era un play boy, popular, musculoso, su piel era dorada y su cabello el más negro profundo que he visto, sus ojos eran grandes y grises, sin duda enloquecía a cualquier chica.
Catalina era obesa, siempre pasaba sus horas libres en la biblioteca y le he hablado unas 3 veces, para que me ayude en mis proyectos de Ciencias o para terminar algún otro proyecto, no soy racista así que no la insulto ni mucho menos.
Tomé mis libros del casillero, y caminé hasta la clase.
—Buenos días Srto. O'Brien —saludó la maestra Mrs. Newpew, de Plásticas.
—Bu.. buenos días Mrs. Newpew —saludé de vuelta.
Ella era alta, con unas buenísimas curvas y piel bronceada, su cabello era rubio ceniza clara y unos ojos castaños que enamoraban.. a todos los estudiantes que ella ha tenido los logra enamorar, es muy coquetona con cualquier chico y es muy caliente, yo, la veo realmente sexy, pero soy un pendejo para las chicas.
Me empezaba a poner rojo cada vez que mi mirada coincidía con la de mi profesora Lia Newpew.
Vestía los típicos tacones negros, con una minifalda bastante ajustada y corta la cuál resaltaba sus glúteos y una blusa blanca de manga corta y arrollada, su cabello estaba suelto.
Pasó mirandome durante todas las 3 lecciones, de vez en cuando me guiñaba el ojo o me amenazaba sensualmente con su fulminante mirada.
Al terminar las clases, se despidió de mi dandome un beso en la mejilla.
Salí atontado del aula, Matt estaba esperándome.
—¿Porqué te traes esa cara de flechado? —preguntó curioso.
—Con que así se sienten unos labios contra mi mejilla —murmuré en otro planeta, tal vez en Marte.
—¿Estás así por un beso en la mejilla? —preguntó y a los segundos no recibió ninguna respuesta de parte mía— Cierto, nunca nadie te ha besado —recordó.
—Aunque odie decirlo, tienes razón —acepté.
*******************
Era hora de almuerzo y caminamos hacia la cafetería.
Siempre pedimos una rebanada de pizza y un refresco de manzana.
Tomamos una mesa y empezamos a comer.
—¿Dónde está Lili y su amiga la peliroja con las qué salimos? —pregunté rompiendo el silencio.
—Dicen que hoy no vinieron porque estaban con resaca —rió.
Yo igualmente reí.
—¿Y cuál es el nombre de tu cielito? —dije resaltando la última palabra con tono burlón.
—Es Bridgit Anders —dijo con una gran sonrisa en su cara.
—Qué hermosos nombres tienen, Lili Forest y Bridgit Anders —afirmé.
—Si marica —se burló mientras me daba unas palmadas en la espalda.
—Salgamos de aquí, al fin y al cabo ya terminamos de almorzar —contesté reconfortante ante aquél acto.
Caminamos hacia la salida.
Mi celular notificó un nuevo mensaje.
—¿Qué rayos? —murmuré entre dientes incómodo, ya que nunca me llegan mensajes.
Matt sonrió feliz al verme sacar el celular de mi abrigo que colgaba de mi mochila.
—¡Debe ser Lili! —casi brincó de la alegría.
El mensaje era de mi primo.
" Mi madre acaba de llamar al director de la secundaria, ya le ha pedido el permiso para que puedas venir a casa, necesitamos hablarte seriamente de un asunto muy delicado.
-Jeremy O'Brien. "
¿Qué estaba pasando?
No entendía nada.
Inmediatamente me puse nervioso y corrí a la dirección para buscar al director.
Matt soltó un par de gritos, llamándome pero no tenía tiempo para contarle, así que seguí corriendo por los pasillos.
Una vez en la oficina del director, hablé con él y le pedí el permiso de salida, el cuál con mucho gusto me cedió.
****************
Lanzé mi mochila al sofá.
—Tía Alicia —grité asustado— ¿Qué a pasado? Me acabas de cancelar mis lecciones de Física de este lunes.. perderé puntos —dije sarcástico.
—Pequeño —dijo preocupada abrazándome. Ella siempre suele ser muy amorosa y atenta conmigo, me quiere como a un hijo, eso lo valoro de ella.
—¿Qué pasa? —le dije recibiendo el abrazo.
—Toma asiento Lou —me acercó una silla.
Me senté y escuché.
—Louis.. sabes bien que te amo, eres como un hijo para mí desde qu.. —iba a continuar pero la callé.
—No lo digas tía —paré un momento y tomé aire— Por favor no menciones la muerte de mis padres —sollocé en silencio.
—Desde que mi hermana murió.. —dijo sollozando igualmente— Desde allí haz estado a cargo mío y solo busco lo mejor para tí y mi hijo Jeremy.. les he transferido a España, allí podrán vivir los dos bien y..
—¿¡Qué estás diciendo tía!? —exclamé— No me quiero ir de aquí, de Miami, en ésta casa contigo, ¡No quiero! —me levanté bruscamente del asiento.
—Entiende que es lo mejor, no estoy en condiciones de cuidar a dos adolescentes, me llevarán a un internado —dijo y su cara miró al suelo, desconsolada.
La abracé fuerte.
—De acuerdo —le dije al oido.
—Te amo pequeño —respondió y plantó un pequeño beso en mi frente.
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C R U S H
HumorNo es fácil ser un adolescente como Louis O'Brien a sus 16 años, sin padres, sin popularidad, sin haber besado nunca y viviendo en una casa con su apuesto primo, su amorosa tía y un pequeño hámster llamado Mr. Brad. Nada puede salir mal si nadie se...