Día ciarenta y cinco

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Día cuarenta y cinco.

【 Querido diario, hoy choco llego doliéndose de su pierna izquierda, si, la misma con la que cayó del árbol. 😒

No le dije nada por que en esos momentos entro por la puerta la señorita Eva y evito que le reclamara pero si le di una mirada de "te voy a matar, claro, después de curarte"

Finalmente la clase termino y claro quiso huir de mí pero cómo soy mas lista y supe de sus intenciones, logre que mis amigo me ayudaran a detenerlo y meterlo de nuevo en el aula, una vez allí dento le pedí que se sentara frente a mí y que me mostrara la herida, él se negó pero a la final soy yo quien gano.

No era una herida profunda pero si se había creado un gran hematoma el cual al tocarlo hice que él diera un leve saltito en la silla, le dije que si le dolía pero el muy idiota me dijo "no, no duele, es solo que tus dedos al rozar mi piel hacen que se extremesca" odio que en momentos donde debo regañarlo él me salga con cosas tiernas por que entonces ya olvido todo.

Fui por el botiquín y le pedí que subiera su pierna en la mía, me encontraba limpiándole la herida cuando eso malditos ojos se clavaron en mí, me perdí por completo en su mirada y sin darme cuenta le lastime, él se quejo, lo pude ver en su mirada pero yo estaba tan hipnotizada que le reste importancia.

Mis ojos se desviaron un poco a su boca y la mía me rogaba, me reclamaba por que lo besara, no me aguante y me lance contra él haciendo que su pierna cayera bruscamente y que de nuevo se quejara pero él prefirió calmar las ganas y el deseo que sentían nuestras bocas. 】

Att. Regina Mills.

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