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Nico fue siguiendo al chico a medida que este avanzaba, como para comprobar que el color cambiaba por él.

Se quedó completamente sin palabras al ver cómo, al tomar la rosa justo frente al castillo en sus manos, esta, a diferencia de las demás, se tornaba azul.

La mano de aquel chico...

Lucía tan suave, tan cálida...

Nico quería tomarla.

Dejó, sin embargo, esta idea de lado al recordar cómo, cada vez que él había querido tomar alguna de las rosas terminaba lastimado; las rosas estaban completamente llenas de espinas.

¿Cómo podía, entonces, aquel chico tomarlas como si nada?

The Truth Untold ; PercicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora