《2》

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— Jungkook, es hora. — dijo su representante con voz cansada.

— ¿Sabes qué? Te despido, una sola cosa te pido y no puedes hacerla bien, cómo jodidos crees que voy a pasar dos años de mi preciosa vida en ese puto sitio, ¿qué hay de mi carrera? ¿Mi música? ¡Mis fans! —Protestaba aireado mientras caminaba de un lado a otro pasando su mano por su cara y cabello ya desordenado — No voy, me oyes no y no. Llama al presidente ¿Dónde jodidos está eso de ser el chico de oro de Corea? ¿ no he contribuido con la imagen del país acaso? De algo tiene que valer por todos los cielos.

— Jungkook ya lo hablamos y tú sabes perfectamente que precisamente por tu posición es imposible negarte, como imagen e inspiración para otros tienes aún más responsabilidades — Sihyuk hablaba paciente, amaba a este muchacho como si fuera su hijo y aunque a veces podría llegar a ser un grano en el culo con sus berrinches interminables, también era una buena persona. — quieres despedirme por no evitar que cumplas con tu deber cívico, bien, pero ahora moverás tu culo obstinado y harás lo que es debido.

Jungkook levantó la vista y Sihyuk pudo ver que luchaba contra las lágrimas. Se acercó a él y lo envolvió en un confortante abrazo.

— Tranquilo, no hay nada que temer, el tiempo pasará rápido y entonces volverás a comerte el mundo como solo tú puedes. — consoló — haz luchado mucho lo sé, este es solo un desafío más.

Jungkook había debutado como idol a los quince años y su ascenso a lo que hoy era no había sido para nada fácil.
Fue menospreciado en innumerables ocasiones, pero Sihyuk confiando en el potencial del muchacho apostó todo lo que tenía para hacer el sueño de ambos posible. El chico que hacía años era mirado por encima del hombro hoy por hoy era la estrella más resplandeciente de toda Corea, y en este momento estaba asustado.

Temia perder lo que tanto le había costado, ser olvidado como si nunca hubiera existido.

Pasaron varios minutos así hasta que Jungkook logró recomponerse.
Asintió levemente.

— No debe ser tan malo, Junghyun sobrevivió, además me dijo que a los idols nos dan trato preferente.

— Jungkook... No creo que haya...—

— Me dijo que es algo tipo VIP, ya sabes para las personas importantes— interrumpió.

— Pero yo no creo que —

— Igual no sabes de eso porque eres algo viejo, sin ofender...

— Descuida, pero en serio yo no c—

— Además tu no eras un idol cuando tuviste que hacerlo hyung, pobre de ti...

— Jung...

— Bien, basta de charla — volvió a interrumpir — vamos necesito prepararme, debo lucir asombroso si es la última vez que mis fans me verán en mucho tiempo.

***

El auto se movía lentamente por la calle que llevaba a las oficinas centrales de acceso al servicio militar. La multitud reunida dificultaba el avance. Un ejército de ojos llorosos y pancartas de ánimo y despedida se arremolinaban a lo largo de todo el camino.

Las Golden Forces — nombre que se le dió al club de fans— se habían reunido para acompañar al idol en ese día tan temido para todos ellos.
Un enorme grupo de seguridad y una gran cantidad de vallas de contención había sido necesarios para refrenar a la multitud enardecida.
Era una locura, ni el presidente había sido capaz de reunir tal multitud de personas que venían de todo el país e incluso del extranjero para despedir a la estrella mundial Jeon Jungkook.
Cámaras dispuestas de los medios de comunicación de todo el mundo estaban ahí para atestiguar la escena y compartirla con muchos otros admiradores que estaban pendientes tras sus televisores y dispositivos.
Previo a este día, se habían registrado innumerables protestas para solicitar que se eximiera de este deber a la extrella. Cientos de miles de cartas se habían emitido con el mismo propósito. Todo sin el resultado esperado.

Entonces el día había llegado y estaban ahí intentando contener las lágrimas en la espera de que su amado idol hiciera su arribo.

Jungkook estaba aterrado sí, pero el ver tal demostración de apoyo y la profunda tristeza en los ojos de sus GF comprendió que no era momento para hacer rabietas o llorar como un pequeño niño, era momento de ser fuerte y dar fuerza a sus fans. GF era lo que importaba ahora, no se mostraría triste o débil, iba a salir ahí y cumpliría su deber como hombre, como cada hombre íntegro en Corea lo hacía. Daría la mejor de sus sonrisas a sus amados fans, les pediría que sean felices y les prometería que pronto estarían juntos de nuevo.

Un Idol en el Servicio MilitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora