Katelyn

111 7 3
                                    

*DISCLAIMER: Los Personajes, y la trama original pertenecen al manga de Takao Aoki adaptado en anime por TVTokyo ha excepción de los OC (Original Characters) esos provienen de mi imaginación*

**

Dos años habían pasado desde los eventos ocurridos en BEGA. La BBA se había reconstruido lentamente pero el beyblade había perdido un poco su popularidad a raíz de aquellos eventos ocurridos, pero eso no impedía que Tyson y los demás siguieran ayudando al señor Dickenson a que la BBA se estableciera como lo era antes de BEGA. Al pasar estos eventos la BBA se había establecido en un pequeño gimnasio abandonado y entre Tyson, Max y Daichi lograron convencer al dueño que les rentará el lugar y la BBA comenzó a resurgir en ese lugar.

Una hermosa tarde de verano, en donde los niños eran libres de la escuela, estaban en el gimnasio practicando con sus beyblades. Tyson y Max los entrenaban. Había risas, encuentros amistosos y, sin faltar, las payasadas de Tyson. Cuando los entrenamientos terminaban, todos los niños y niñas se unían y tomaban asiento formando un enorme círculo en el suelo para poder escuchar las anécdotas de Max como beyjugador y "Las crónicas fantásticas del tricampeón". Todo era risas y diversión.

Un día mientras los jóvenes platicaban sus experiencias llego el señor Dickenson, como era una costumbre, les visitaba una o dos veces a la semana. Siempre que llegaba tomaba asiento en una pequeña banca, se quitaba su sombrero y limpiaba sus gafas para mirar a los niños en sus prácticas, pero ese día la rutina cambio.

Tyson y Max presenciaron al señor Dickenson serio y fuera de la realidad, no era normal en él y eso encendía sus alarmas de que algo pasaba. Cada cierto tiempo Tyson o Max se le acercaban cuestionándole que era lo que pasaba.

— Nada, muchacho todo está bien —respondía siempre con una sonrisa muy forzada.

Ni Max y mucho menos Tyson se podían comer esa respuesta. Esa actitud no podía ser normal en él. Esperaron a que la rutina diaria acabara para poder hablar bien con el señor. Al irse los niños, que ni siquiera se molestaron en limpiar el lugar, ellos rápidamente se fueron con el señor Dickenson antes de que se les desapareciera.

— ¡Espere señor Dickenson! —gritó Tyson con su voz tan energética.

Él alzo la cabeza y miro a los dos jóvenes acercársele, se sintió nervioso.

— ¿Qué pasa muchachos?

— Queremos hablar con usted. Max y yo lo hemos notado muy distraído, ¿realmente se encuentra bien?

El señor Dickenson les miro, sabía que no podía evitarlos, sabía perfectamente que no podía engañarlos así que en esos momentos unas lágrimas escaparon de sus ojos. Tyson y Max se quedaron asustados, jamás habían visto al señor Dickenson llorar, ¿qué podían hacer? Más bien ¿cómo harían para que dejara de llorar?

— Sr. Dickenson, tranquilícese —dijo Max preocupado—. Tyson ve por un vaso de agua, rápido.

Tyson ni corto ni perezoso se dio la media vuelta y justo en el momento en el que se iba a andar a correr, el señor Dickenson lo sostuvo de la manga de su suéter.

— Espera Tyson —dijo secando las lágrimas con su pañuelo—. No es necesario.

— Pero... ¡Está llorando! —exclamó alterado.

— ¿Nunca habías visto a un hombre adulto llorar?

Él negó con la cabeza.

— ¡Ay Tyson! —exclamó con una carcajada tratando que la tristeza se fuera.

La Hija Del Señor Dickenson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora