Habían pasado unas semanas desde que Louis había descubierto lo que escondía el cuerpo de Harry.
Todo había cambiado bastante.
Harry prácticamente estaba viviendo con los chicos, y todos eran conscientes del estado mental en el que Harry se encontraba, pero Louis nunca les mencionó nada sobre sus heridas. Todos cuidaban de Harry como si de un frágil bebé se tratase.Las vidas de los chicos también habían dado un pequeño giro. Ahora su piso estaba mucho más limpio, comían comida mucho más saludable y se veían mucho más sanos. La universidad les estaba yendo bien a todos, incluso Harry iba sacando todo como podía.
Louis seguía intentando descubrir que era lo que Harry escondía; odiaba las noches en las que él no estaba allí, porque sabía que al día siguiente tendría que curar sus heridas y aguantar las lágrimas.
Había aprendido a consolar mejor a Harry cuando ocurrían sus ataques de pánico, aunque eso no significaba que no le doliera verle así; cada día dolía más.Poco a poco todos habían ido descubriendo los gustos de Harry; la estantería del baño de Louis la compartía ahora con velas aromáticas y jabones de colores; tenían un cajón lleno de esmaltes y la ropa de todos olía fresca y a manzanas. Pero este cambio no les disgustaba a los chicos, al contrario les agradaba bastante. Incluso lleveban sus uñas pintadas para apoyar a Harry a que fuera él mismo, y si alguien se atrevía a meterse con él, tendría que lidiar con ellos.
De hecho, hacía un par de semanas un grupo de cinco chicos de segundo curso tomaron a Harry en el pasillo por sorpresa y lo acorralaron contra las taquillas. Comenzaron a meterse con sus uñas y sus maneras afeminadas. Él se quedó petrificado, pero sus tres amigos, como si de superhéroes se tratasen, vinieron al rescate, en particular Louis se encaró con ellos y les dejó muy claro que no le volvieran a molestar. Y así fue. De vez en cuando en la cafetería le echaban alguna mirada y se reían, pero nada más lejos de eso.
Dentro de su clase, Harry cogió mucha confianza con Kathe pero en este último tiempo también había notado el cambio de Harry, y aunque al principio insistió en preguntarle qué era lo que le ocurría prefirió darle el tiempo que necesitase.Todo se volvía más triste cuando Harry no sonreía. Los chicos lo notaban y les dolía, sobretodo a Louis. La tristeza de Harry era como una inyección anímica para el resto del grupo. Pero Louis siempre le intenta hacer reír como sea, a través de chistes malos o caídas adrede para que sacarle al menos una sonrisa; todo por verlo feliz.
***
Sonó la alarma que indicaba el final del día. Louis corrió para adelantar a Harry que se encontraba al final del pasillo.
"Tengo un plan", dijo andando de espaldas mientras se dirigía al rizado.
"¿Un plan?", repitió Harry en su vocecita de confusión.
"Sí, ¿vamos?"
Harry sonrió. En la salida se encontraron con el resto de chicos. Se les veía un poco agobiados por la acumulación de trabajo que tenían y por los exámenes que se acercaban. Louis les informó de que no estarían el resto del día en casa y tras una breve charla se despidieron de ellos.
Anduvieron por un largo rato, Harry no sabía dónde se dirigían, simplemente se limitaba a seguirle.
Tras unos minutos de andar, y cuando ya nadie podía verlos, Louis tomó cuidadosamente la mano de Harry. Harry se asustó en un principio por la repentina acción; no porque no le gustase, si no porqué no se lo esperaba. De reojo, miró como ambas manos se veían juntas y sonrió. Pero una duda cruzó su mente de repente.
"Louis"
"¿Si, Harry?"
"¿Te da vergüenza coger mi mano delante del resto?", Harry apaciguó su paso y su mirada se posó en la punta de sus zapatos.
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always you || l.s.
FanfictionDónde Harry es la inspiración de Louis, y Louis la musa de Harry.