Durante los primeros meses de embarazo, YoonGi se encargó de vaciar la nevera de comida basura -helados, patatas fritas, dulces, chocolate...-, y lo substituyó por comida sana y saludable para el bebé. No fue fácil, Hoseok adoptó una actitud muy arisca, encerrándose en sí mismo y a penas compartiendo sus pensamientos con YoonGi.
Este se armó de paciencia, tratándolo con cariño y comprensión.
Sin embargo, el instinto omega no tardó en despertar. Con dos meses y tres semanas de embarazo, Hoseok estuvo una semana sin la compañía de su alfa, quien había tenido que acudir a Japón por asuntos de trabajo. Fue al tercer día cuando Hoseok empezó a encontrarse mal, un dolor en la parte baja de su espalda hizo que se tumbara en la cama, seguido de cólicos en su vientre. La situación empeoró poco después, notando que estaba sangrando y, alarmado, llamó a Jin en busca de ayuda.
En media hora fue trasladado al hospital, y fue entonces cuando el omega oyó de los médicos la palabra "aborto". El pánico le invadió, temiendo perder a sus bebés. No habían transcurrido ni dos semanas cuando Jin les anunció que iban a tener gemelos.
A pesar de su actitud reticente, la amenaza de sufrir un aborto le aterrorizó. Su sangrado no se detenía y tras permanecer cinco horas en la sala de urgencias, los médicos lograron estabilizarle. No obstante, había perdido mucha sangre y cualquier movimiento brusco podía poner en riesgo a los bebés.
Esa noche, Hoseok no durmió. Acariciando su vientre en una camilla de urgencias, comprendió que, pese a sus quejas y reclamos, sus bebés eran parte de él. No supo por qué esa revelación le impactó tanto, pero mientras pasaban las horas, la compañía de sus cachorros era lo único que le reconfortaba. Había pedido a Jin que no le dijera nada a YoonGi hasta que todo hubiera acabado, y por fortuna, no acabó en aborto.
El alfa regresó muy alterado, angustiado al no haber estado al lado de su omega en sus peores momentos. Hoseok le tranquilizó, echado bocarriba en el sofá, se rió de él al informarle de que a partir de entonces, se convertiría en su criado, dado que le habían prohibido caminar más de treinta metros. A YoonGi no le importó, quería cuidar a su omega para que esa amenaza de aborto no volviera a suceder.
Afortunadamente, el parto se desarrolló sin problemas. Para el alfa quizás fue un tormento, dado que otro omega se encontraba con ellos, gritando y maldiciendo a su alfa por haberle dejado preñado. Hoseok optó por casi dislocarle la mano, sudando y pidiendo desesperado el anestesista. Fueron catorce horas lentas y dolorosas, de gritos y lamentos, pero finalmente nacieron sus bebés a los que llamaron Hyunggu y Shinwon.
Hoseok, quien había recibido la noticia de su embarazo de la peor forma posible, rompió a llorar cuando las enfermeras le tendieron a sus cachorros. Abrazándolos y acunándolos en su pecho, el omega sonrió feliz. No se separó de ellos en ningún momento, e incluso cuando las enfermeras cogieron a los bebés para ponerlos en la cuna, su parte más irracional quiso abalanzarse sobre ellas por arrebatarle a sus bebés.
YoonGi lo calmó, diciéndole que todo estaba bien y que nadie le quitaría a Hyunggy y Shinwon.
Cuatro días después, volvieron a casa. Todo estaba preparado para sus hijos y, como era de esperar, Hoseok puso toda su atención en ellos, descuidando un poco a su alfa, quien no protestó en absoluto. Le hacía inmensamente feliz ver a su omega tan entregado con sus cachorros.
Debido al embarazo de riesgo, Hoseok a penas pudo hacer ejercicio durante los meses restantes, permaneciendo en el sofá la mayor parte del tiempo. Por insistencia de YoonGi, y tras dos años de cuidar exclusivamente de sus hijos, Hoseok regresó a la academia de baile.
Fue duro al principio, pues nunca había transcurrido tanto tiempo separado de ellos, y su instinto luchaba por no correr y regresar a su lado. Pero aun así, era feliz, más feliz de lo que nunca había estado. Amaba a YoonGi y ahora tenía una preciosa familia, ¿qué más podía pedir?
.
.
Una tarde de primavera en la cual Hyunggy y Shinwon montaban castillos con bloques de juguetes y Hoseok hacía la colada, el timbre de la puerta sonó repetidas veces, alertando a los niños que empezaron a decir:
-Ha sonaoo... Ha sonaoo...
-Puetaa... Puetaa...
El omega frunció el ceño al no esperar visita. Dejando la colada a medias, atravesó el comedor y abrió la puerta, sorprendido al encontrarse de cara con JungKook que traía mala cara.
-JungKook... ¿Ocurre algo?
Este le mostró en sus narices un test predictor.
-¡ESTÁ ROSA!
Hoseok le miró incrédulo.
-¿¡Otra vez!? ¿¡No habrá sido con Tae y Jimin, verdad!? -inquirió, temiéndose lo peor.
El omega agachó la cabeza, abultando sus labios y haciendo un puchero.
-Hace unas semanas hice un trío con ellos -murmuró por lo bajo.
Hoseok puso los ojos en blanco, queriendo pegarle una torta en la cabeza.
-Bueno, mira el lado bueno -dijo, desviando la vista hacia sus hijos-, un hermanito para ellos.
-¡Hemaniitoo! ¡Hemanitooo! -chillaron ambos niños.
JungKook los miró fijamente y luego miró a Hoseok. Tras un largo silencio, lo único que pudo decir fue:
-Soy imbécil.
. . . . .
Y llegamos al final!! ¿Qué tal estuvo?
Lo dejé abierto para que cada lector imagine su propio final... Personalmente creo que sería adorable que JungKook tuviera un hijo y dos padres jajaja
¡Gracias por seguir este fic y darle amor! ¡Nos vemos en la prox actu de Malas Intenciones!
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¿Rosa? ¿Azul? {YoonSeok}
FanfictionDel día en que YoonGi estuvo a punto de ser padre... -¡Por vuestra culpa ahora estoy esperando un retoño! -¡Pero si fuiste tú quien quiso hacerse la prueba! Mpreg, Omegaverse, Humor. Pareja principal: YoonSeok Pareja secundaria: JungKookx¿¿¿