Prólogo

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La pobre jovencita intentaba inútilmente remover la red de su cola y sus aletas golpeaban la arena con desesperación, hacía muecas de rendición debido a que ella era muy pequeña y la red de pescador pesaba; en primera no tenía ni idea de cómo había llegado ahí; Melody...que así era como se llamaba, simplemente tenía la curiosidad de explorar barcos hundidos para ver si encontraba algún tesoro y en lugar de eso...había terminado atrapada en una red para pescadores, su piel morena era tan clara que parecía como si hubiera empalidecido y el día estaba nublado a pesar de ser un día para estar en la playa; si tan sólo hubiera escuchado a su madre el consejo ahora ella no estaría atrapada como un pez en un anzuelo. Bueno...literalmente ella era mitad pez, su rostro era tan joven que no pasaba de los 15 años, pero tampoco se veía siendo una bebé.

De repente, la pequeña alzó el rostro y vio que a lo lejos un lindo niño se acercaba corriendo hacia ella, así que una vez más trató de quitarse la red de su cola y como sus escamas estaban enredadas en la trampa era completamente inútil, lo único...

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De repente, la pequeña alzó el rostro y vio que a lo lejos un lindo niño se acercaba corriendo hacia ella, así que una vez más trató de quitarse la red de su cola y como sus escamas estaban enredadas en la trampa era completamente inútil, lo único que quería era poder librarse de esa red y volver a casa. Lo que más asustó a la sirenita es que el niño era un humano y se supone que como ella era una sirena no podía tener ningún contacto físico con un ser humano. Es sólo que...Melody no podía dejar de observar al niño...era muy lindo, de hecho, era muy hermoso; su cabello era castaño oscuro y sus ojos eran grandes y color miel.

era muy lindo, de hecho, era muy hermoso; su cabello era castaño oscuro y sus ojos eran grandes y color miel

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"no" Melody por fin habló; tenía la voz más hermosa del mundo entero. "por favor no lo hagas; se supone que no debemos tener contacto con ningún humano" al darse cuenta de lo que había pasado se quedó en shock al ver que el jovencito la miraba con los ojos abiertos como platos.

"¿eres una sirena?" el niño preguntó y acto seguido observó que la niña no tenía piernas y en su lugar lo que sobresalía de su blusa de tirantes color lila con escamas era una larga y resplandeciente cola de pez; las escamas eran color turquesa mientras que la cola y las aletas eran del mismo color de la blusa. "no puedo creerlo" él exclamó con asombro. "sí eres una sirena; pensé que las sirenas sólo existían en los cuentos de hadas"

"sí, soy una sirena" la pequeña Melody explicó tratando de quitarse la red sin éxito. "y no creas todo lo que lees en los libros. Se supone que iba a buscar tesoros escondidos y no sé cómo terminé aquí. Mi papá no me deja salir a la superficie"

"oh es cierto...sigues atrapada" el jovencito explicó. "espera aquí...iré por ayuda"

"¡No!" Melody suplicó. "no traigas a más humanos; nadie puede verme"

"está bien...no traeré más gente si no te sientes cómoda, pero...al menos voy a traer algo para cortar la red" el niño prometió. "prometo que no dejaré que nada te pase" acto seguido él corrió a buscar una piedra filosa y regresó a donde estaba la sirenita, con mucho cuidado fue cortando la red y él junto a Melody quitaron la red de su cola; la niña suspiró de alivio al poder mover su cola y sus aletas sin ningún problema. "¿lo ves? Te dije que nada te pasaría"

"gracias" la niña dijo sonriendo y sus dientes blancos brillaban, las olas se acercaban a ella y mojaban su cola antes de alejarse nuevamente. "pero no lo entiendo; ¿por qué me ayudaste? ¿no me tienes miedo? Hay gente mala que dice que nosotras somos peligrosas y ahogamos marineros; un día mi papá me contó esa historia y tuve pesadillas por un mes; no pude cantar en el cumpleaños de mis hermanas mayores por esa razón"

"no eres peligrosa; bueno...no para mí" el niño dijo confundido. "tienes un corazón muy puro y eres muy bonita. ¿cómo te llamas?"

"Melody" la sirenita se presentó tímidamente. "¿y tú?"

"Ángel" el pequeño se presentó con una sonrisa y estiró su mano, la pequeña no supo que hacer, así que Ángel tomó su mano y la estrechó con la suya. "así es como nos presentamos en la tierra"

"interesante" la niña río y tanto ella como Ángel sintieron una chispa al estrechar sus manos, inmediatamente Melody apartó la mano rápidamente y recordó en donde tenía que estar. "ya tengo que irme"

"¡Ángel!" una voz femenina gritó a lo lejos. "Ángel, ¿dónde estás hijo? Ya vámonos"

"te llaman" Melody dijo y fue acercándose a la orilla de la playa para regresar a su hogar. "vete; no quiero que te metas en problemas por mi culpa"

"espera..." Ángel suplicó y volvió a tomar la mano de la niña. "¿volveré a verte?"

"se supone que no debo salir a la superficie, pero...te prometo que será muy pronto; por favor no le digas a nadie que me viste" Melody sonrió. "hasta pronto Ángel" ella volvió a sumergirse en el agua y desapareció quedándose el pequeño solo.

"¿en dónde estabas?" la madre del pequeño llegó corriendo toda angustiada hacia él. "tu papá ya nos está esperando. Ya te he dicho que no te alejes hijo"

"lo siento mamita; estaba construyendo un castillo de arena y perdí la noción del tiempo" el pequeño dijo apenado.

"bueno...está bien; pero a la otra me avisas en donde vas a estar y no te vayas lejos" su mamá respondió y ambos se alejaron de la playa; el pequeño se sentía feliz de haber hecho a una amiga que era una dulce y tierna sirenita, cómo él era un niño muy bueno decidió cumplir su promesa y no decirle a su mamá que había ayudado a una sirena y sobre todo que la había visto en persona; lo del castillo de arena había sido verdad...Ángel estaba construyendo un castillo de arena cuando vio que Melody estaba en apuros y decidió ayudarla.

Lo que había pasado era algo realmente mágico y superaba cualquier cuento de hadas que existía, las sirenas eran reales y no eran criaturas malvadas que ahogaban a marineros inocentes con su hermoso canto ni tenían cuerpos de ave; estas eran hermosas criaturas inofensivas que tenían cola de pez y no se metían con nadie.

Melody por otra parte tenía miedo de volver a casa porque sabía en cuantos problemas se metería cuando su padre se enterara que salió a la superficie otra vez y sin permiso; pero al mismo tiempo estaba feliz por haber conocido al hermoso niño que salvó su vida y se hizo su amigo, ojalá que todo fuera tan fácil y que sirenas y humanos convivieran en armonía.


Magia bajo el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora