♦Asi Fue♦

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Disfruten de la musica mientras Leen.



Seguro que si lees esto es porque quieres oir mi historia, no?

En ese caso dejame que te cuente...

Inglaterra, Leeds, año 1878

¿Como olvidar la vieja Leeds?, servian el mejor earl grey tea de casi todo el Reino Unido.

Recuerdo que tras los ajetreados labores que mi familia me imponia, me escabuia y me tomaba un delicioso té en aquella tienda.

-"Madre, terminé las clases de piano.¿Puedo ir a atender el hospital?"

-"Diam esto no es tan sencillo, aun no has tenido tu clase de esgrima con el profesor Lorkins, deberias centrarte en tus labores y mas aun en estos tiempos que nos acontecen"

Mi madre siempre habia sido muy estricta pero no la culpo, sus padres, Lord Matthew y Lady Mary, habian hecho un exelente trabajo educandola. Aun asi no podia ignorar mis

responsabilidades, yo era muy afortunado de no tener que ir al frente pero extrañaba a mi papá.

Mi padre era Lord Branson Wiknott,era un felino fuerte y decidido,un lider nato de ojos azules, un pelaje palido como la nieve, era Conde de la casa Wiknott, dueño de Leeds y junto a mi madre, Lady Syvil Wiknott, dirigian la casa y la ciudad entera. Desde que mi

padre marchó hacia el frente para unirse a la armada de su Majestad en la lucha contra los pueblos del Africa, mi madre se tuvo que encargar de la administración de

Leeds y dado que ella queria que no dejara mis estudios, no podia ayudarla. Ella era una gata delicada, elegante y de modales exquisitos, sus ojos eran de un tono grisaceo,

su pelaje suave y sedoso con su tono negro oscuro que hacia resaltar sus ojos era hermoso, ella era dulce y calida con todos.

Cada dia en el que tuviera tiempo libre, me la pasaba en el hospital de la ciudad vecina ayudando a los doctores y enfermeras con los heridos por la guerra del Africa, puede que no haya

ido al frente gracias a que las influencias de mi padre me salvaron pero aun asi queria ayudar a mi pais, al menos atendiendo a los heridos aunque no me correspondía como hijo de un conde

pero si como ciudadano británico.

El dia 12 de enero de 1878 durante mi tipica rutina por el hospital de la ciudad vecina a Leeds, entró como aprendiz de medico un chico que era algo inexperto. Era un ciervo mas o menos de

5 pies y medio de alto, tenia una cornamenta ondulada en la punta y un pelaje marrón miel muy lindo en mi opinion.

Su nombre era Henry y como trabajaba en los horarios donde yo estaba en el hospital, yo me presté a ayudarlo a aclimatarse con el ambiente y a darle las tareas que debia realizar en la instalacion

-Henry, ¿por que no vienes a la mansion a cenar esta noche como mi invitado especial?

-Sir Diam usted sabe...- En ese momento lo interrumpí

- Henry sabes muy bien que no es necesario que me digas así, somos amigos y no te preocupes si es por tu familia. Mientras yo te invite, nadie puede negarte la entrada

El ciervo derramó una lagrima de la emoción y acto seguido me abrazó.

No era normal que alguien de la nobleza estuviera con la plebe pero Henry habia demostrado ser un amigo leal, detallista, amable y...muy cariñoso. Obvio que vendría a cenar, me hacía sentir

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⏰ Última actualización: May 29, 2018 ⏰

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