teenage queen ☮ clifford (oneshot smut)

teenage queen ☮

El balneario de Brisbane es el punto de encuentro de todos los adolescentes pero, más que todo, los de nuestro instituto. A veces, los populares se creen mejores que todo el resto y echan a personas como yo y mis amigos de la playa, pero nos quedamos igual. Si se preguntan a qué me refiero con “personas como yo y mis amigos”, es que somos los rechazados, los del montón, los que se meten en problemas por hacer chiquilinadas.

Ashton, Calum, Luke y yo nos sentamos cerca de los médanos. Mientras charlamos de temas sin sentido, algo hace que nuestras miradas se desvíen. Dos palabras: Claire Baker. Su nombre de princesita no tiene nada que ver con ella. Es algo así como una chica mala, o incomprendida como prefiero decir. Esa pinta de adolescente de los ochenta es bastante sexy, y no puedo evitar mirarla cada vez que cruza los pasillos. Chaqueta de cuero al cuerpo, una camiseta de Deep Purple, jeans azules rotos en las rodillas y botas militares. Tiene unos lentes de sol negros al estilo John Lennon, una bandana morada sobre la frente, y su cabello castaño con mechas rojas cae al costado.

—Joder, ¿es idea mía o está cada vez más sexy?—comenta Calum mordiéndose el labio.

—Con esa preciosura, aún no entiendo cómo se fijan en las estúpidas de las porristas—comienza Ashton.

Vemos como Claire le da unas pitadas al cigarro con el que juega entre sus dedos. Lo apaga contra el barandal de madera de la escalera que da hacia la playa y se dirige a la zona de los populares.

—¿Cuánto apuesta a que va a terminar golpeada?—apuesta Luke levantando una ceja.

—Yo apuesto a que los populares van a irse al verla—contrarresta el moreno jugando con una vara en la arena.

—Yo creo que ella es la que va a golpear a alguien—hablo por primera vez con una sonrisa. Esa chica es temeraria, y es algo de lo que estoy seguro. Apostamos que los que pierdan, pagarán la próxima noche de chicos.

Toma asiento en el centro de la playa y prende otro cigarro con el encendedor de bencina que quita del bolsillo de sus jeans. De repente, se oyen risas y gritos. Genial, han llegado los reyes de la infamia. Cruzan la playa con un porte soberbio y llegan a su lugar, pero al ver que la reina vampiro se los ha invadido, se les crispan los nervios.

—Deberíamos ver qué pasa, ¿no? –sugiero hacia mis amigos. Todos asienten y confirman, así que nos paramos de nuestros asientos y vamos a ver qué onda. Nos acercamos al amontonamiento que se ha formado y admiramos la escena.

—Muévete, vampira, este no es tu lugar—exclama Stephanie, la capitana de las porristas.

Claire se quita las gafas y la mira de arriba abajo— Lo siento, pero la playa es un espacio público, por ende puedo hacer lo que se me plazca.

—Esta parte de la playa es para gente con clase, no para ti, intento de punk rock—ataca la rubia. Al oír el insulto, la morena se levanta de su asiento y se coloca las gafas sobre la cabeza.

—En serio, no quiero desfigurarte la cara, así que te vas de aquí con tu ejército de ineptos y déjenme tranquila—amenaza. Le da una pitada a su cigarro y le echa el humo en la cara. Todos miran la escena con ansias de que algo interesante ocurra.

—No vas a amenazarme, ¿okey?—contrarresta Stephanie. Antes de que pudiera decir algo más, la reina vampiro levanta el puño y la golpea en la nariz con todas sus fuerzas. La capitana cae en la arena, y su séquito se trastabilla para socorrerla. Los chicos y yo no dejamos de reírnos ante la reacción, pero las cosas se ponen peor cuando se abalanza ante el resto del público femenino, e incluso masculino.

—Tendríamos que intervenir, ¿no creen?—cuestiona Luke un poco preocupado. Después de esa pregunta, vemos como se tira sobre la espalda de uno de los jugadores de fútbol y lo golpea. Ese es nuestro pie de entrada.