Capítulo 1.

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Sin duda ser presidenta del consejo no era nada fácil, lidiar con idiotas todo el tiempo y organizar tantas actividades por día, definitivamente era agotador y monótono, pero alguien como yo no tenía más opción. Sin duda necesitaba cambiar esta escuela, demostrar que las mujeres también pueden hacer lo que un hombre, y por sobre todas las cosas, esforzarme para no depender de un hombre.
Hasta aquí, todo parecía ligeramente normal, ¿No?
Pero la verdad, esque tengo un secreto muy importante que ocultar, un secreto que sí alguien de Seya descubriera estaría frita, acabada.
Por las tardes trabaja en un café, pero no cualquier café, estos se hacían llamar los "Maid-café", teníamos que disfrazarnos algunas veces a la semana, y a diferencia de la escuela en mi trabajo tenía que actuar como sumisa ante los clientes, ya que ese era mi trabajo como mesera.
¿Por qué trabajo en un lugar así? Porque lo necesito, mi padre abandonó a mi familia cuando aún mi hermanita, Aiko era una bebé así que por obvias razones, la economía en mi hogar no es lo mejor.
Así que hago esto porque no quiero ser débil.

🎀

—¡Yuna-chan! — Venía corriendo hacia mí la pequeña Sakura, una chica que realmente podría enamorarte no importa el género del que fueras.

— ¿Qué pasa?

— Es solo que...verás, los chicos de mi clase están en el salón del consejo estudiantil, dijeron que querían hablar contigo...— Dijo un tanto preocupada.

— Son unos idiotas, en un momento iré.

Y aquí vamos, ir a pelearme con estos chicos que sólo pedían cosas idiotas y sin sentido común.

Cuando llegue al dichoso salón, efectivamente había una manada de animales, digo, chicos intentando esperando a que llegara.

— Tienen 10 segundos para hablar.

— ¡No sea injusta, pres— Se acabó el tiempo.

— ¡10!, Es una lastima pero tendrán que irse, oops.

Ahora están ladrando insultos, digo, están gritando.

— ¡Esto no se queda así!, ¡Mark, tienes que hacer algo! — ¿Mark? Creo que están hablando de ese chico que era de Taiwán, de Corea o de no sé dónde, lo único que sabía era que no era Japonés. Lo cual es raro porque da la casualidad que estamos en Japón.

El dichoso "Mark" hizo un gesto como diciendo "¿Yo?" Y luego de acercó al escritorio con una cara tan insoportable que ya tenía ganas de golpearlo.

— Presidenta, ¿Por qué no escuchas a los chicos?

— Porque no. — Respuesta del año.

— Oh... Que mal, ahora me retiro. — Y después de decir eso salio tranquilamente del salón, con esa cara tan insoportable.

Con él los idiotas también se fueron y por fin pude quedarme en paz, aunque igual tenía que hacer muchas más cosas.

Después de que las clases terminaron, me quedé un rato más haciendo algunas cosas, así que salí quizás una media hora después de todos.
Eso creí, porque cuando estaba por bajar las escaleras comencé a escuchar sollozos de una chica, imperdonable.
Cuando llegue al lugar, me encontré con Mark y otra muchacha, está estaba llorando. De hecho, no era la primera vez que pasaba esta misma escena, solo que antes no sabía el nombre de Mark.

— ¡Otra vez tú! — Estoy segura que mis gritos se escuchaban por toda la escuela, pero no podía seguir dejando a este idiota. — ¿Qué se supone que haces?

— Uh, ¿Rechazarla? — Su estúpida cara burlona ya me tiene fastidiada y eso que apenas llevo conviviendo con el menos de un día.

— Solo vámonos de aquí, idiota. — Lo jale del brazo para sacarlo de la escuela, no podía seguir rechazando a cada chica que se topara.

— No me digas Presidenta... ¿Tú también te vas a declarar a mi? — Sarcasmo.

— Ni en tus sueños, solo cállate y vete de aquí.— Ya habíamos llegado a la entrada, o más bien a la salida.

Pero como tengo tantísima suerte y la vida me ama y me adora, empezó a llover como si se fuera a acabar el mundo.
Y quizá sí se acabe, ya que sigo con el imbécil de Mark.

Comencé a caminar, esta lluvia no iba a detenerme de llegar al trabajo.

— ¿ A dónde crees que vas con esta lluvia, presidenta? — Lejos de ti sería una buena respuesta, pero ahora no tengo tiempo. Así que preferí ignorarlo.

La lluvia estaba realmente fuerte, nisiquiera había caminado una cuadra y ya estaba totalmente empapada.
Hasta que sentí que me deje de mojar, al principio creí que tenía poderes para no mojarme, pero luego me di cuenta que no.
Mire hacia arriba y tenía una sombrilla tapándome, mire hacia el lado y estaba el tan agradable Mark.

— ¡Tú! — estaba realmente sorprendida y nisiquiera sé la razón.

— Cuanto tiempo, ¿No?

— ¿Qué crees que haces? No me puedes seguir.

— Más que seguir yo lo llamaría como que te estoy protegiendo de la lluvia, deberías agradecerme. — Dijo con su ya muy típica sonrisa burlona.

— Como sea, pero simplemente no puedes ir a donde voy.

— Entonces te dejare cerca, así no te vas a mojar más. — Enserio que no se rinde.

— ¿Por qué estás insistiendo en llevarme?

— Solo porque iré molestándote todo el camino, ya sabes. — Ya sabía que algo así iba a decir.

No dije nada más hasta llegar a un punto donde podía irme sola y no iba a sospechar donde trabajo.

— Aquí está bien, nos vemos — Sin más salí corriendo con el único propósito de que no supiera donde carajos trabajo.

La jornada fue normal, como cualquier otro día. Por suerte tengo unas compañeras que son bastante agradables y me siento más cómoda al usar ese tipo de cosas y al tener que actuar así.

— Yuna-chan, necesito que me hagas un favor. — Hablo la gerente, que aunque parecía una muchacha de mi edad tenía 30 años, y era mucho más linda que yo. Lo común en mi.

— Dígame gerente.

— ¿Podrías tirar la basura por mi? Porfavor, después de eso puedes irte. — Me tendió la bolsa de basura, a lo que asentí, en realidad me daba exactamente igual ir a tirar la basura.

— Bien gerente, nos vemos luego.

— Yuna-chan te he dicho que dejes de llamarme gerente, me hace sentir vieja, aparte aquí somos como una fami...— Deje de escuchar lo que decía, ya que salí a tirar la basura como se me indico, así que nisiquiera me dí cuenta de que ignore a nuestra gerente.

Abrí la puerta, está solo daba a un pasillo bastante oscuro donde casi no pasaba nadie, no tenía de que preocuparme.
Tiré la basura, pero cuando me di la vuelta...

— Que tenemos aquí, ¿Presidenta? — Bien, esto era lo peor que me había pasado en la vida, me acaba de descubrir la persona más terrible del mundo.

Intenté dar la vuelta de nuevo, pero eso sería cobarde y yo no soy una cobarde.

— Entonces si eres la presidenta.

— ¿Y qué si lo soy? Anda, corre a contárselo a toda la escuela. — Obviamente estoy hablando sin pensar, ya que los nervios simplemente me nublan los pensamientos.

— No lo haré, debes de tener tus razones para estar aquí, ¿No es así? — No puedo creerlo, Mark está... — Pero tampoco creas que te dejare ir sin más, yo quiero una explicación. — Ya lo sabía.

— No estoy obligada a decirte nada Mark, no te confundas.

— Entonces le diré a todos. — Saco su celular, empezó a teclear algo que no podía ver pero ya sabía que era.

— ¡No! — Levantó una ceja — Te diré todo, ¿Bien?

Sonrió y comenzó a caminar, así que solo lo seguí.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2018 ⏰

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