Vanessa y Víctor salieron del bosque y se reunieron con los demás.
- ¡Muy bien! Ahora qué ya estamos todos, larguémonos de este apestoso bosque lleno de mosquitos- Dijo Graus con un tono cansino y molestó.
Los cinco montaron en sus caballos; Jim y Climp hiban juntos al igual que Víctor y Vanessa. Ya que solo les habían proporcionado 4 caballos y uno lo usaban para cargar las provisiones.
En el camino se encontraron con un anciano que llevaba una carreta. En esta se podía ver que llevaba algunos costales de grano.
- Disculpe, sabe que tan lejos está el pueblo de Willard?- preguntó Vanessa al anciano.
- A un par de kilómetros al norte- el anciano notó de inmediato que los viajeros esperaban quedarse en ese pueblo- aunque recomendaría no quedarse ahí. Está lleno de embusteros y mendigos que se aprovechan de los extranjeros.
- Muchas gracias por la advertencia. Pero tenemos unos asuntos que atender ahí- Víctor hizo un ademán para dejarle claro al anciano que no preguntara sobre el asunto y siguieron con su camino.
No pasó mucho tiempo hasta que llegaron a Willard. Solo les tomo el tiempo en el que Climp cantó su canción de cuna favorita unas 7 veces.
Que era acerca de como una madre le canta a su niño sobre demonios que merodean en la noche buscando a los niños malos que no quieren comer su sopa.
En fin, al llegar a Willard se podía saber desde la entrada que era un pueblo sucio. No solo por sus calles llenas de desperdicios o por los mendigos andrajosos que merodeaban por ahí. Si no por la actitud de las personas.
Todas sin excepción tenían un carácter asqueroso. Eran mentirosos y solo se preocupaban por su propio bienestar. No confiaban en nadie y tenían una mente de lo más superticiosa, al punto de tener que poner hierbas en las ventanas para espantar los malos espíritus.
Eso le hizo gracia a Vanessa. Ya que se puso a pensar que si esas hierbas espantarian al demonio del que tanto cantaba Climp.
Se detuvieron en el centro del pueblo. Y bajaron de sus caballos.
- Bien, nos veremos con Kod a media noche en éste lugar. El nos dará las siguientes instrucciones.- Indicó Graus
- Yo no entiendo por qué tanto misterio con eso de tener que ir pueblo por pueblo para tener las instrucciones completas.¿ A qué juega el rey?- dijo Jim con un tono inadecuado. Sobre todo cuando hablas de una misión secreta.
- Cierra la maldita boca Jim! - Víctor le dio un buen coscorrón para que se callara- y no digas tan alto que el rey nos contrato, porqué crees que hace esto de las pistas? Es para ser discreto imbécil
Jim con el gesto fruncido se frotó la cabeza.
-Psst... Pssst..- De pronto alguien parecía querer llamar su atención. Al parecer había un chico detrás de una carreta que les hacía señas para que se acercarán. El grupo se acercó a él.
El chico miro a ambos lados y con un tono muy bajo les preguntó- Son... - volvió a revisar que nadie les escuchara- Mercenarios?
- Depende, ¿Que quieres muchacho?- dijo Jim con un aire burlón y de brazos cruzados.
-Quiero proponerles un trabajo- el joven se veía preocupado, temeroso en realidad; talvez era por la mala fama que tenían los extranjeros en ese pequeño pueblo. El joven hiba muy bien vestido, seguramente era un noble y aún con su pelo rubio despeinado tenía un rostro bastante apuesto.
- No se preocupen por el costo, tengo bastante dinero- el chico se veía bastante desesperado
El grupo formó un círculo y empezaron a cuchichear acerca de si aceptaban o no.
- Vamos Graus, déjanos hacer el trabajo. No viene nada mal ganar algo de plata extra- dijo Jim
- Además no creo que nos lleve mucho tiempo- Víctor realmente necesitaba un poco más de plata
- No me convence. Debemos ahorrar energía y no podemos distraernos con problemas de un chico imbécil. Sabrá Dios que es lo que quiere. Pero no nos meteremos en sus asuntos- dijo Graus con un tono firme y decidido
Jim y Víctor asintieron de mala gana. Se dieron la vuelta hacia el chico y habló Graus.
- Lo lamentamos chico pero no podem.....
-Entonces es un trato- Vanessa aceptó sin réplicas el trabajo, a el chico se le veía una gran sonrisa.
- Infórmame lo que sepas, estaré en aquella posada, mi habitación es la número 135B- El chico se fue con pasó alegre y decidido hacia la posada que le había indicado a Vanessa
- ¿Pero quién rayos te ha dado permiso de aceptar?! Si se puede saber claro!- le espetó Graus a Vanessa. No sé veía nada feliz con lo que había hecho
- Permiso?... Y desde cuándo trabajo para ti eh?- Vanessa se dio la vuelta y se fue.
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Una historia sin nombre
FantasyEn un lugar lejano un grupo bastante irregular de mercenarios se dirigen a completar un trabajo, y en el camino escucharán una historia de la única mujer en el grupo, la más desconocida y peligrosa de todos. Que tipo de historia será? Y Quién será e...