Soy una voz más. Una pequeña figura. Otro peón. Desgarrando las cadenas y rompiendo las reglas. Soy una chica más. Con remordimientos y un pasado. Soy otra del montón, de las que han salido malparadas. Soy otra incomprendida en busca de la felicidad. Soy otra insignificante con sed de venganza.
Cansada de dar falsas esperanzas, de fingir sonrisas y de ocultar lágrimas. De decir que todo esta bien, cuando nada va como yo esperaba. De hacer cosas que nadie habría echo por mi. De caer en la misma cuesta y levantarme sola. Cuesta mantener la cabeza en alto cuando la gente te la baja, de pisar fuerte para dejar marca y que las olas borren tus pisadas, de dar amor para recibir puñaladas. Estoy cansada.
No comprendo la sociedad. Se concentran demasiado en follar, ir al cine, salir de fiesta, el dinero, la familia, ¿he dicho follar? Sus mentes están llenas de algodón. Se tragan a Dios sin pensar, se tragan la patria sin pensar. Muy pronto olvidan pensar, dejan que otros lo hagan por ellos. Sus cerebros están rellenos de algodón. Son feos. Hablan mal. Caminan raro. Ponles frases célebres o la gran música de los siglos y te ignorarán. Háblales de chorradas y se descojonarán. Mételos a ostias y caerán. La muerte de la mayoría de gente es una farsa. No queda nada que pueda morir. Esta sobre valorado.
Me llamo Catlyn, puedes llamarme Cat.