¿Qué Siento Por Ti? [Andi Mack] EDITANDO

Capítulo VI

Andi se encontraba observando su tarea, abrumada porque no la entendía. Le pediría ayuda a algunos de sus amigos, pero ninguno contestaba a los mensajes.

-¿A quién le importa los átomos y protones? -bramó.

-Andi.

Llamó desde la puerta, su madre.

-¿Si?

-¿Puedo pasar? -preguntó.

-Por su puesto.

La pelinegra frunció su ceño mientras sostenía su lápiz en la hoja -la cual se encontraba vacia-.

-Átomos ¿verdad? -rió levemente la mujer.

-Si, no lo entiendo para nada -murmuró frustrada.

-Te ayudaría, pero sabes que no recuerdo nada -se encogió de hombros.

Andi la miró burlona.

-Ya lo suponía. Por eso no te pedí ayuda.

-¡Oye!

La de cabello cortó rió.

-¿Que te parece si tomas aire libre? Deja descansar tu cerebro por un rato -sonrió.

Bex quería ser una buena madre para Andi, era nueva en esto. Le costaba mucho, aún más si su hija ya era una adolescente.

-¿Sabes qué? Tienes razón. Me despojare por un momento de esos tontos átomos.

Rápidamente se levantó de su cama, salió por la puerta y corrió por las escaleras.

Bex suspiró.

-Algún día te contare la verdad, Andi. Lo prometo.

(...)

La chica protagonista caminaba por las calles de la ciudad. Una leve brisa pasó por su rostro, dándole una sensación única. Cerró sus ojos para disfrutar de aquello. Pero siempre un bello momento tiene que ser interrumpido.

-Hola.

Andi abrió sus ojos con curiosidad, encontrándose con el famoso primo de Jonah, Alex, del que toda la escuela hablaba por lo lindo que era.

-Hola -sonrió levemente.

Desde aquella vez que lo vio por primera vez le pareció un chico arrogante, tal vez no era así. Tendría que conocerlo más.

-Andi ¿verdad? -preguntó juguetón.

El chico la miró de abajo hasta arriba.

La pelinegra solo levantó una ceja a tal acto.

-Si ¿Qué quieres? -murmuró ella molesta por su descaro.

-Pues nada, sólo te vi caminar por aquí y quise hablarte. Nada más-se encogió de hombros, le restó importancia.

-De acuerdo. Adiós -sonrió falsamente. Le dio la espalda para comenzar a caminar.

-Átomos, ¿no?

La jóven se giró sorprendida ¿Cómo era que sobre eso?

-¿Qué?

-Átomos -repitió con burla-. Llegó un mensaje diciendo que necesitabas ayuda con eso. Y yo soy un genio.

Andi lo miró sorprendida.

-¿Quién te envió ese mensaje?

-Eso es lo que menos importa, cariño.

Y apareció su característica sonrisa.

-¿Cómo sabes sobre eso? -gruñó.

-

Digamos que Jonah es algo descuidado con los celulares, ví el mensaje mientras él estaba entrenando.

Esa estúpida sonrisa no se iba del rostro del chico.

Andi lo miró molesta. ¡Qué descarado!

-

¿Acaso no te enseñaron a no meterte en asuntos que no te incumben? Además de tocar cosas que no son tuyas, claro -se cruzó de brazos.

El chico da un encogimiento de hombros, sin nada de culpa.

-Te prometo que entenderás el tema perfectamente -insiste.

-No.

Él se despeina impaciente, ese acto no pasa desapercibido para Andi. Fue llamativo.

¿Qué más da? Él se está ofreciendo y ella necesito ayuda.

-Bien, vamos.

Esperó no haberse arrepentido de lo que estaba haciendo.

-Claro.

(...)

Jonah se encontraba entrenando con el equipo de las Nutrias Espaciales. Pronto tendrían una competencia con otra escuela. Al fin la escuela había tomado el frisbee como un deporte digno.

-De acuerdo. Hasta aquí hoy. Nos vemos en el próximo entrenamiento -anunció el chico.

Se dirigió hasta su mochila para buscar su teléfono. Revisó sus mensajes, no tenía ninguno de Andi. Decepcionado, agarra sus cosas para irse. Hace tiempo que no hablaba con ella.

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¡Hola! Perdóname por tardar en actualizar.

¡Adiós!