Tres: Dignidad.

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— Es buena esa chica —habló mi amigo Luke mientras tomábamos asiento en el fondo del lugar.

No sabes cuanto —pensé.

La gente la miraba con entusiasmo y ¿cómo no? Era increíble en todo lo que hacía. Una sonrisa involuntaria se me apareció en el rostro al verla comenzar con esa sonrisa tímida pero tan característica de ella.

— Es increíble —susurré feliz.

— ¿Algún día vas a animarte a hablarle? —preguntó chocando mi hombro.

— No lo sé, espero que si —contesté con la vista al frente.

— Yo también lo espero, se te va la vida amigo —respondió en consejo.

— Desgraciadamente lo sé Luke —dije—. Solo tengo miedo.

— ¿Miedo de qué? —preguntó con su ceño fruncido.

Giré mi cabeza a su dirección.

— A perder la dignidad diciéndole lo que siento por ella y que me rechace.

— No se pierde la dignidad nunca cuando se trata de amor amigo —respondió con el rostro relajado.

Asentí para girar mi vista al frente, a quien se estaba robando la atención de cada uno de los presentes. No puedo negar que unos pequeños celos se hicieron presentes, yo la quería para mi.

Cartas de un Chico Secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora