Una biografía poco predecible

1.

Hola, soy Catalina, hija de Pablo y Claudia, nací el 9 de Julio de 1996 en Córdoba Capital. Muchos me dirán privilegiada, que nací en cuna de oro, pero la economía es tan inestable como mmm, no hay objeto de comparación. Mis primeros años de vida fueron perfectos, al menos hasta donde recuerdo, vivíamos en una casa muy linda en el Cerro de las Rosas, un patio hermoso en donde yo podía pasar día y noche corriendo con mi perro Tomy, y donde mis papás menos querían que este porque volvía llena de barro y terminaba resfriandome por jugar con los sapitos que regaban las plantas. Hasta que a las 5 mas o menos, nos mudamos a una casa muchísimo mas chica aunque a mi me gustaba porque podía dormir con mis papás.

Ellos se veían mas decaídos, mas enojados y tristes a la vez, pero ¿que podía hacer yo mas que abrazarlos en plena inocencia?

nunca supe el motivo de la mudanza, y nunca lo sabré.

Pero casi con 6 años (si mal no recuerdo) fue cuando viví por primera vez la realidad, cuando toda la fantasía que mis padres me construyeron, cayo en picada, aun teniendo la ignorancia de una nenita. Los cambios radicales eran cada vez mas constantes y aunque aun yo no entendía nada, lograba percibir que algo andaba mal. Año 2001, si, la famosa crisis que todos los días retumba en la cabeza de los argentinos, algunos intentando olvidar y otros cada día sintiendo un poco mas y mas. 

Mi tía me contó que esta crisis comenzó antes del 2000 pero yo claramente no lo recuerdo o no me lo dejaron ver. Pero bien recuerdo ese Diciembre que quedo impactando en la mente de cualquiera que haya estado ahí.

Mamá y papá aferrándose a su amor mas allá de todo lo que venia, porque esto no era nada detrás de toda su historia, no era nada al lado de su amor.

Como olvidar ese 20 de diciembre, mientras papá y yo jugábamos en el comedor, mamá fue con su amiga Luciana a buscar comida porque la alacena estaba vacía. 

Jamas volvieron. 

Dicen que fue la cana. 

Yo les creo.