Capítulo 4. ¿Qué fue de ti?

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Sus miradas se cruzaron, ocho años transcurrieron desde la última vez que se habían visto, cuando se despidieron en aquel andén de tren, después de decidir dar dada por terminada su relación. Sus vidas comenzaron a tomar caminos tan diferentes, que para evitar salir lastimados, decidieron que era lo mejor.

Selene reconoció en aquel hombre de cabello corto, vestido con una camisa café a cuadros y vaqueros, frente a ella, al joven de vestimentas antiguas, del que se había enamorado a sus diecisiete años, aquel que había sido su primer y, había que decirlo, único amor hasta el momento.

— Hola Lysandro... ¿cómo... ¡Humj! ¿Cómo te encuentras?- los nervios de volverlo a ver la traicionaron y su voz perdió más fuerza con forme hablaba.

Al heterocromático le tomo varios segundos reaccionar y poder contestarle ¿Cómo no hacerlo? Jamás se planteó la posibilidad de volver a ver a la chica, ahora mujer, a la cual le había dedicado tantos escritos y noches de desvelo cuando partió, aquella que fue la primera novia que tuvo y la primera por la cual se entregara en completo, quien más lo apoyo en uno de los peores momentos de su vida - la muerte de su padre - y la misma que le provoco otro gran trago de tristeza al poco tiempo, dos meses, después de tan triste acontecimiento.

—Selene... —le fue inevitable sonreír - ¡Hola! ¿Qué.. ¿Qué estás haciendo por aquí?

—Bueno yo... — Noah hizo un pequeño berrinche al notar que el centro de atención dejaba de ser él.

— Lo siento él es...

— Noah. Sí, lo sé. Lo estoy cuidando en lo que Peter regresa.

— ¿Conoces a Peter?

— Lo conocí hace como una hora

— Con que Peter te dejo a cargo con alguien a quien no conoce. mmm... Eso no le va agradar a tu madre - el corazón de Selene dio un vuelco al escuchar la última frase que él le dirigió al pequeño entre sus brazos ¿A caso Lysandro era el padre de..? ¡No! ¿Él estaba... casado? No, no era posible, o, ¿sí?

Habían pasado tantos años, en los que no supo nada de él, que la posibilidad de que Noah fuese hijo de Lysandro era algo muy factible, la idea le había cruzado la cabeza en el momento en el que cargo al niño entre sus brazos, y la familiaridad, mezclada con la felicidad, con la que el niño corrió hasta él, solo confirmaba lo que ante sus ojos parecía evidente. Pero con todo esto Sel no lograba ver rasgos físicos del albino en el menor.

— ¡Noah! ¿Dónde estás? — Peter, quien al salir del despacho y no ver al niño ni a la joven, se espantó llegando casi corriendo hasta la entrada del local — ¡Ahh! Allí están ¡Jajaja! Me han sacado un buen susto — La mirada reprobatoria por parte del albino no se hizo esperar

— Peter ¿De verdad dejaste a Noah solo?

— ¡Ey! Que no estaba solo lo deje con...

— Selene lo sé- Su voz mostraba gran enfado

— Así que las presentaciones ya se dieron aquí. No pierdes tiempo niña — el mayor le guiño un ojo mientas su amplia sonrisa mostraba sus dientes

— La conozco desde hace tiempo, pero aun así no estuvo bien.

— Si la conoces de tiempo atrás yo no veo el problema. ¡Ja! Mientras no se entere su madre todo está bien ¿No dirás nada, o si? — La mirada de preocupación la dirigió hacia el hombre de más de metro ochenta - ¡Vamos! No fue grave

— Peter... Sabes que no puedo ocultarle esto a Mónica — Selene había decidido mantenerse al margen de la situación, pero justo a mitad de la pequeña disputa entre ambos hombres la campanilla de la entrada del local volvió a sonar, por la puerta atravesó un hombre rubio, de edad similar a la de Lysandro y Selene. Noah volteo y con una felicidad aún mayor a la de hacía rato grito:

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2018 ⏰

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