Capítulo 3. Atrapada

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Después de que llegasen a un pequeño taller mecánico, en medio de una gran plaza llena de gente, y que una grúa trajese su auto. Selene se encontraba peleando frente a un hombre de no más de metro y medio, de mal humor que terminaba de revisar su automóvil

— ¿No puede ponerle cinta o algo? — pregunto la morena llegando a un punto de exasperación

— Ya te lo dije niña, no sé dónde está la fuga.

— ¿Pero qué tanto se puede tardar en encontrarla? ¡Para eso tiene las herramientas! ¿No?

— Mira no eres la única con problemas, tengo demasiado trabajo y no poder atenderte hasta que termine lo demás. Regresa en dos días.

— ¿Y qué se supone que haga? ¿Dónde se supone que duerma? Tengo que estar temprano en una entrevista, necesito MI AUTO.

— ¡Ya te dije que ese no es mi problema! Ahora déjame seguir con mi trabajo si es que quieres que termine para poder revisar tu problema.

Harta de seguir con una conversación en la que solo daba vueltas decidió marcharse.

Saliendo del taller Selene dirigiéndose a una de las bancas de la plaza principal del pueblo, sin saber que más hacer se sentó, bueno, sabía que debía buscar un lugar donde hospedarse los próximos días hasta que el mecánico arreglara su auto, pero le preocupaba el hecho que no haber contemplado semejante gasto, entre el hospedaje y la reparación segura mente no tenía para pagar el alquiler de su nuevo departamento y con mayor razón su objetivo de conseguir el trabajo crecía.

Sin poder estar quieta la joven se decidió por explorar los alrededores en búsqueda de Peter o en alguien que le proporcionase información de algún hotel por la zona. Mientras caminaba Selene comenzó a analizar el lugar al que había llegado, era un pequeño pueblo bastante pintoresco, sus pequeños edificios, algunos con pequeños toques medievales, pintados en tonos pasteles le daban un aire de calidez y nostalgia al lugar, caminar por sus calles era como sentirse sin duda en una película de época.

La joven había olvidado por completo en la situación en la que se encontraba, el aire tranquilizador del pueblo la había cegado al grado que no pudo notar a la pequeña mujer que cargaba con varias cajas frente a ella, y, con la que inevitablemente termino chocando.

— Lo lamento señora no la vi

— Eso ya lo note

— Déjeme ayudarle

Selene ayudo a la pobre mujer a levantarse y se agacho para recoger y volver a colocar dentro de las cajas las decoraciones que ahora estaban esparcidas por el pavimento. Tras colocarlas tomo dos de las cajas y acompaño a la rubia hasta un pequeño local no muy lejos de ahí

— Muy bien, pon las ahí, sobre el mostrador

— Claro — tras esta acción Selene volteo a ver a la mujer de metro y medio que revisaba una gran libreta, por no decir libro, que tomo de una estantería.

— Dime ¿Qué haces aquí?

— Eh... ¿Perdón? — la mujer ahora la veía directamente a los ojos

— Doceville no pasa de los doscientos habitantes, se puede decir que conozco a todos y además es muy obvio que no eres de por aquí, así que dime niña ¿Qué te trae a nuestro pequeño mundo? — la mirada de aquella mujer se suavizó al momento de preguntar

— Iba camino a AnterosCity cuando mi automóvil se averío en la carretera

— ¡Vaya! Si vas a esa ciudad debes ser una artista

— En realidad soy historiadora de arte —tras escuchar esto una chispa cruzó por los ojos verdes de la mujer

— ¿En qué te tipos de arte?

Cuando te encuentre [Lysandro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora