c i c a t r i c e s

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por favor, leer nota del final antes de comenzar a leer.

La tinta azul marino sigue derramándose en el cielo cuando Jack se levanta esa mañana, y maldice al clima porque todavía no sale el sol cuando está sentado en el salón de clases y el frío se cuela por debajo de la piel de sus manos incluso cuando usa guantes.

Jack detesta el invierno.

Sobre todo porque hace feliz a Hiccup, quien entra en la sala con una sonrisa en el rostro, aún cuando su rostro está colorado por el frío y sus labios comienzan a ponerse azules, pero no parece quejarse en lo absoluto cuando se sienta en su puesto al lado de Jack y bromea con que el invierno probablemente congela un poco más el corazón de Jack.

Pero eso no es cierto.

A pesar de que las bajas temperaturas hacen que las extremidades de Jack lleguen incluso a retorcerse bajo el látigo de las capas de hielo sobre su piel sensible (bueno, el probablemente exagera), Jack agradece en silencio que las personas ocupen abrigos y remeras de manga larga que cubran sus muñecas, especialmente Hiccup.

Odia ver las estrellas negras en el centro de la muñeca de su amigo aferrándose como parásitos a su piel, recordándole a todos que Hiccup no es inmortal.

A Jack no le agrada en sí el maldito sistema de las estrellas; no le gusta que su vida choque con una pequeña manchita de color negro en la piel de alguien para después perderse en pensamiento innecesario, imaginando como fue exactamente que a esa persona le han roto el corazón si luce tan amable.

Pero cuando Jack ve una estrella hecha cicatriz, aferrándose con más fuerza a la piel que el color negro, él recuerda que no está en manos de nadie amar de vuelta o no hacerlo.

O, en su defecto, morir.

Quizás él es demasiado sensible (un sentimental hipócrita, como lo llama Rapunzel), pero Jack no soporta el color negro de las estrellas que profundizan en la piel recordando un amor no correspondido o perdido, y su corazón se triza un poco, sólo un poco, ante las cicatrices que dejan los amantes muertos en las muñecas de los vivos.

Simplemente no lo soporta, y es quizás por eso que desde los 10 años ha sido exclusivamente cuidadoso para no manchar la piel de sus muñecas, no tanto por el dolor que Hiccup dice que se impregna en la piel junto con el color negro, pero sí porque Jack no está seguro de poder soportar el no ser amado de vuelta o manchar a alguien porque Jack no siente lo mismo.

Le asusta la idea de que le hagan daño, o de infringirlo él mismo sin querer realmente.

Rapunzel entra al salón inesperadamente temprano y murmura detrás de su enorme bufanda gris algo acerca de una alumna nueva.

---Oh, creo que vi a alguien esta mañana. ---Hiccup siempre está entusiasmado, mucho más por una nueva compañera de clase, y Jack termina escuchándoles en silencio hablar sobre la chica que lucía simpática con sus curiosos ojos azules y el cabello corto y negro.

---¿Quien diablos se cambia de escuela el último año? ---suelta de repente Jack, interrumpiendo sin inmutarse la conversación de sus amigos cuando una piedra choca contra su cabeza y recuerda que no están en la primaria.

La campana suena antes de que puedan seguir hablando y el inicio de semestre les da una bofetada justo en el rostro cuando el profesor entra apresurado al salón, seguido de una sonriente chica que se presenta como Mavis, y Jack decide que la odia cuando, ubicándose en su puesto dos filas adelante, se quita la chaqueta y Jack puede ver que hay una cantidad exorbitante de estrellas negras ubicadas sobre la piel de su muñeca.

Parecen tantas que no puede verlas todas porque la tela arremangada en los brazos de su remera no está demasiado arriba.

Jack no puede entender por qué ella luce tan feliz incluso si la estrella cicatrizada en la mitad de su pequeño universo se está aferrando a su piel con tanta fuerza que hace que a Jack le duela el solo mirar.

Of stars and scars; javisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora