Dulce mañana

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La noche anterior había sido inolvidable, es lindo que el restaurant en el que trabajas se dedique a servirte a ti como un cliente más. En cambio la mañana prometía que sería un día mucho mejor que el anterior, comenzando porque Vegoña no se acabó ella sola el agua caliente, pasando por el tráfico que ha sido fluido y que ya en mi trabajo me sentía flotando porque era mi primera semana como Sous chef. 

Mientras salí un momento a buscar a Paolo pude ver una madre y su hija tomando el desayuno, parecían viejas amigas que se han encontrado después de mucho tiempo y se ponen al día entre pastitas y té. Extrañaba a mi madre, me dolía que no pudiera ni siquiera llamarle porque no querría hablar conmigo, sé que me quiere pero... el cariño es importante que te lo demuestren y hace mucho que ella  no lo hacía. 

Seguí mi camino pero al llegar a la puerta de salida pude ver a un Paolo un poco alterado, la cara de Marcia no mostraba su eterna sonrisa, algo no andaba bien y parecía que ella era la culpable, nada raro si se trataba de ella, siempre intento llevármela bien con ella pero me cuesta mucho, solo lo hago por él. 

 Regresé a la cocina a esperarlo, quedarme allá y que me pillaran siendo testigo de su discusión no se me antojaba. Al cabo de un rato Paolo entró como si nada, probando las salsas y verificando las ordenes, aun así creí conveniente que mi pregunta podría esperar un poco más así que seguí en lo mio.

--Inameth-- me hizo señas de que lo siguiera así que fui tras él apenas retire la cacerola del fuego. No nos reunimos en su oficina como otras tantas veces sino en la azotea del restaurante, no era una sala de estar en toda regla pero había un pequeño juego de muebles de exterior con su mesa y sombrilla, en la barandilla del edificio habían jardineras de las que colgaban ramilletes de flores que perfumaban el lugar aun con tanta brisa.

--¿Para qué soy buena?-- me senté junto a él en la mesa.

--Necesito salir de viaje y...

--¿Y estás seguro de lo que me vas a proponer?-- le interrumpí porque no concebía la idea de que cerrara el restaurante justo ahora que va todo tan bien.

--je... tranquila, no es esa mi intensión. Quiero pedirte que entre tu y una amiga se hagan cargo mientras yo no esté--

--Un segundo-- me acerqué un poco más y me quité la pañoleta soltándome el cabello a ver si era la presión lo que no me hacía entender, --apenas tengo dos días como Sous chef y me siento segura de poder hacerlo, pero hacerme cargo son palabras mayores ¿en verdad crees que puedo con algo de tal magnitud?--

--No veo por qué no, otras veces lo has hecho ¿no?-- cruzó sus brazos sobre la mesa esperando mi respuesta, se veía calmo, con una suave sonrisa pero no era más que un adorno, sabía que no era genuina.

--Si, pero has estado aquí conmigo que si necesitaba ayuda me la podrías dar fácilmente, no yo sola--

--Cierto, pero casi nunca has tenido que preguntarme algo para hacerlo-- se hizo una coleta para quitar el pelo de su cara y tomó una de mis manos entre las suyas, --has estado conmigo durante tanto tiempo que conoces ese lugar y su funcionamiento tanto como yo, solo necesitas confiar más en ti misma--

--Solo tengo un año trabajando en el restaurante--

--Pero tres como mi mejor amiga, sumados hacen cuatro años en los que me has ayudado en casa con los pedidos, me escuchabas quejarme de los proveedores y sus tiempos de entrega, etc--

--En eso si tienes razón y ¿de cuál amiga me hablas? tengo muchos conocidos pero amigas así de verdad solo tengo a...

--Vegoña, lo sé y te aseguro que no me refería a ella--

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2018 ⏰

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